Bajo La Luna Roja
as patas de Aiden. Como alfa de los Sangreluna, su presencia irradiaba autoridad y fuerza, pero esa noche, una sensación extraña lo seguía, como una s
habían cesado en su intento de cruzar los límites. En el pasado, los enfrentamientos eran brutales, sangrientos, y él siempre había liderado a los suyos con el
n cautela-. El patrullaje está completo. No
da seguía clavada en el cielo, en la luna
preguntó Caleb, co
entrecerrando los ojos-. S
*
frustración. Su padre, el alfa de su manada, había insistido en que era hora de que asumiera un papel más imp
na conexión especial con ella, como si fuera una guía en la oscuridad. Pero esa noche, el bri
susurró, más para sí m
ndola detenerse en seco. No era un aullido cualquiera. Había a
beta de los Sombraviento-. Tu padre te está buscando.
. No era que no quisiera proteger a su manada, pero estaba c
nto -respondió, sin apar
*
ran esa noche, en un punto neutral del bosque
norar. Era dulce, embriagador, como una mezcla de flores silvestres y la tierra después de la l
llo oscuro cayendo en cascada sobre sus hombros, y sus ojos brillaban con una intensidad que lo
reparación para luchar. Pero cuando sus miradas se encontraron, todo cambió. Un calor inex
aso hacia ella, aunque ya lo sabía. La ma
-respondió Lyria, con una me
o evaluando al otro, pero ambos conscien
Aiden finalmente, su voz ba
na -replicó Lyria, dan
o la respiración. Aiden sabía lo que sentía, lo que su lobo estaba tratando
mirando hacia arriba nueva
? -preguntó Aiden, c
o los brazos-. Lo siento... en mi inte
no era casualidad. La luna, la guía de los lobos, le
ando -murmuró, más para
yria, aunque su voz tembl
n, aunque sabía que la
ia, con más fuerza de la que sentía-. P
*
que les había sido revelada. Pero mientras Aiden regresaba a su manada, con el
norar lo que había sentido. Pero la luna seguía brillando
icado, y que su conexión, lejos de ser una bendición, podría