Amor Prohibido - La luna prohibida
eron quietos, todavía envueltos en la intensidad de lo que acababan de vivir. Caleb se sentía agotado, sus
por mí -murmuró Lucía contra s
o si quisiera protegerla de todo l
nuevo, Lucí
o, y sus ojos brillaban con una
Apenas me
espondió Caleb, con una intensidad
or un momento, el tiempo pareció detenerse. Pero ante
aber cedido esta vez, pero no confia
deseaba quedarse allí, en la seguridad d
*
tar lanzar miradas ocasionales hacia Lucía, que seguía de cerca sus pasos. Su valentía lo impresionaba; cualquier otra
reguntó Lucía, n
las palabras adecuadas. -No entiendo cómo pue
razos, mirándolo co
as eso. Yo podría p
, un sonido bajo y ronco q
bos somos un po
el otro que vale la pena arriesgars
nte sus palabras, pero antes de que pudier
ros por ahora -dijo,
centro había un pequeño círculo de piedras, como si alguien lo hubiera usado para encender un
te ayude? -p
e. Debes est
ba. Había algo hipnótico en la manera en que se movía, con una fuerza contenida
menzó a arder, Lucía se acerc
ue mi abuela me contaba cuando era
stor
ardianes, espíritus que protegían la natu
unto a ella, mir
ela no estaba t
miró, sor
eres? ¿Un guar
ncogiéndose de hombros. -Pero
río, y Lucía sintió una pu
solitario
ella, sus ojos reflejando
. Hasta
llas se sonrojaban ante l
qué
tú est
de los dos se atrevía a expresar por completo. Finalmente, fu
has vivi
agradeciendo el
se convirtió en mi hogar. Antes vivía e
ñas tu vid
iempo, siento que esto es
iró con cu
nada? ¿Siempre estás e
asándose una man
, la relación entre los lobos y los humanos se ha vuelto más tensa.
Y
o tú, que ven el valor de est
tiendo que su corazón se ab
humanos son
eso estoy aq
*
n tronco, observando las estrellas que se asomaban entre las copas de los árboles
amó, rompiend
Sí
pasará
si estuviera pensando cuid
no voy a dejar q
Pero me refie
sorprendido por
otro
ue probablemente no deberíamos estar en esta situación.
acostumbrado a que alguien fuera tan honesto
o ignorarlo -con
poco más, sus ojos
¿qué hacemo
risa, aunque había una tr
Pero sé que mientras estés a salvo, e
e llenaba de una calidez que
uficiente
había incomodidad. El fuego seguía ardiendo, y las es
Lucía, tan vulnerable y valiente al mismo tiempo, juró que haría todo lo posible pa
mento, bajo el cielo estrellado, encontraron un pequeño oasis de paz. Una tregu