Bajo la sombra del Poder

u primer día. Mientras se preparaba para su segundo, una pregunta persistente se alojaba

ra clara: trabajar para Alexander Cain no sería sencillo. Se obligó a sacudir

inaban apresuradamente, y el aire estaba cargado con la energía de un nuevo día laboral. Mientras avanzab

a. Buena s

l mensaje era

ido el día anterior. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro antes de guard

s y asegurándose de que todo estuviera listo para una importante reunión con inversionistas. La mayoría de los empleados qu

Alexander apareció de repente, sali

s documentos para la presentaci

sintió rá

r. Los te

ue todo estuviera en orden. Alexander tomó los documento

se levantó un momento, y sus ojos grises se

sorprenderla. Era la primera vez que Alexa

ias,

última advertencia, Alexa

ela organizaba unos archivo

ntó, apoyándose en su escritorio

esperaba -respondió ella, sin d

soltó u

te preocupes, si has sobrevivido

la mirada, con u

es así de.

n asi

o si siempre estuviera evaluando a l

ntó Isabela, sin poder

ca saber si eres lo suficient

era responder, Adrian se

te, n

la reunión. Mientras ella tomaba notas, el ambiente era extraño. Había algo en la forma

una empresa de esta magnitud? -preguntó d

mi primer empleo en

hizo post

común que un CEO se interesara por los

nterprises, señor. Quier

aban ninguna emoción. Era como si estuvie

o que

, pero las palabras de Alexande

contrar algo peculiar. Un archivo etiquetado con el nombre de su f

se detuvo

pensó, abriendo el archi

as con la caída de la empresa de su padre. Aunque los detalles eran escasos,

ue había leído, una voz detrás de

do b

arse con Dominic, el jefe de seguridad de la empresa. Su presencia e

algunos archivos -respondió

permanecieron fijos en ella por unos segun

ero no podía sacarse de la cabeza lo que había descubiert

e de un númer

do con lo

o todos los empleados parecían concentrados en lo suy

dejar de sentir que algo se estaba gestando en

a trampa?", pensó, con el peso de un

nforme de Dominic sobre los movimientos de Isabela. Sus la

s tocando puertas qu

a apenas