MI ARROGANTE VIOLADOR REDIMIDO
o lo que quisiera, sin pensar en las consecuencias; además las mujeres lo habían echado a perder, pues se l
ue a las mujeres gustaba acariciar, y con un buen cuerpo, bien trabajado sin pasarse todo el día en el gimnasio, era atractivo y muy varonil, Y él era consciente de ello y lo aprovechaba en su benefici
Mc Allwn era muy conocida, pues el tío de Brett era el senador por el estado de
y de un color negro con reflejos azulados, que contrastaba contra su blanca piel, y con una estatura de 1.70 no podía considerarse baja, delgada y con las curvas adecuadas donde debía tenerlas; era hermosa, pero lo que más llamaba la atenció
ás rápidamente que podía; estudiaba por las mañanas medicina, con una beca que había obtenido con muchos esfuerzos y con no menos
emás, y para que pudiera estudiar no la quitaba del turno vespertino, pero aun así, ella salía muy tarde por la noch
arada del autobús para no dejarla sola, pero cuando el trabajo no lo per
ba a querer por todos lo que la conocían, además era muy sabido por todos el sacrificio que hacía para poder estudi
vio a Sonia, y como le gusto comenzó a hablarle, no
cómo te
rle? – le respondió ella seriamente, sin perder su ete
e eres mu
o serlo
óvenes. Le dice sonriente, desp
puedo. – le
pregunta Brett asombrado, pues la chica clarame
llamarlo por su nombre. – le responde Sonia terminando de acomodar un
ije que me llamo Brett.
ue llevan, y yo a usted no le conozco. Le dijo la chica a quien el joven que tenía en frente le pare
a cenar, para que
aceptar. – se negó ella, yendo tras la c
la tienda muy molesto, pensando: "¿Pero qué se ha
r a Sonia salir se dio cuenta de que iba acompañada por otro de los empleados, quien fue con ella hasta la parada del autobús; donde había otras personas,
ar con Sonia, pero como había más clientes se tuvo que conformar con pagar su compra e irse.
ue prepararse para un examen y quería estudiar un poco, por lo que, poco antes de las nueve
e enfureció al ver que para media noche ella no había salido, por lo que entro a la tienda, y al no