El Guerrero Olvidado
ítu
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Una mano tapo su boca, que agitada respiraba, tratando de calmar aquellos sentimientos temerosos y nerviosos. Sus
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ras despertar comenzó a mirar a los lados con rapidez, cuando no hubo nadie, suspi
na figura, un hombre, sentado en el tronco, con un palo en mano, y aquel palo tenía un pescado lo s
su arma, y la empuño con ambas manos, corrió hacia el extraño, impulsando con rapidez su p
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rofundos instintos de supervivencia se alteraron, y de repente, se levantó
el proceso el brazo izquierdo y luego de eso, dio una patada frontal en el estómago, provocando que la mujer retrocedería y se retorciera del dolor, al no poder re
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agar el precio, retorciéndose del dolor, ya su mandoble no podía portar, su brazo izquierdo estaba paraliz
ntaban, ese temor de morir, esa sola idea hacia que su corazón se retorc
al contrario. Pero nada sucedió, simplemente allí estaba, parado, como s
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, hundiendo la mitad del frio metal en la tierra, una vez hizo eso, se alejó de
que solamente estaba cocinando, o más bien quemando la rama, haciendo que suspirase con amargura, tirando el palo e
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ía su estómago, caminando de manera inepta hacia su mandoble, cuando llego con su mano derecha de la cual cubría anteriormente su estómago, intento en vano quitar el mandoble clavado en la tierra, est
tablemente por el cansancio, sin embargo, su consciencia no la perdono e hizo que
e los sueños
nto con una sonrisa inocente, vie
ricio las mejillas de la niña de forma paterna, sus ojos verdes veían profundamen
ricias que le propinaba a la menor, la niña cuando vio estas acciones de su parte, intento seguirlo, pero de nuevo, fracaso. Cada pas
vivía hace unos momentos, se volvió de repente tan oscuro, incluso no había ninguna luz que ilu
mientos colectivos, cada humano ocultando su verdadera fachada, ocultando su verdadera naturaleza. Tal vez deberíamos agradecer que la religión existe, algo que por más que lo neguemos, ha sido una chispa de esperanza entre la oscurida
olor rojo, abandonando cualquier rastro de aquel color verde que una vez tuvieron sus pupilas, no obstant
aprende de ellos... – Murmuro sin sentido algunos, o al menos eso parecí
del El
nte para ver que estaba sola en el bosque y fuera de su cabaña, aun
mi actitud impulsiva – Pensó enojada la chica, sacando el mandoble clavado con ambas manos de la tierra, al haber recuperado la movilidad de su bra
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ado; Pue
on extrañeza aquella chica que le ataco, para después dejarlo en el tercer plano como si nad
ue él pensaba, un pensamiento común pero no tan común entre la sociedad , el bien y el mal no existen, todo es relativo, no hay moral e inmoral, simplemente humanos con diferentes pensam
u mano izquierda usaba un escudo que lo protegería de todo ataque enemigo, y sin pensarlo dos veces, se dirig
al pueblo, lo primero que hizo fue noquear con su escudo a los caballeros que protegían la entrada del pueblo, tras hacer
rgía, varias personas comenzaron a salir a las calles del pueblo, lastima.... esa aura que desprendía ocasiono que las personas que se suponían que eran malas comenzaron a volverse cada vez más locas, sus instintos poco
o de su vida morirían. Aun así no todo era color rosa, tuvo que asesinar a niños que lamentablemente ya no tenían salvación, y para evitar más sufrimiento asesino fríamente a los prójimos, horas y horas pasaron, se seguía escuchando gritos desgarradores por todos lados hasta que finalmente cada sonido horrífico desapareció, y si, allí estaba Khaos, parado en una pilas y pilas de cadáveres, su armadura dañada, su escudo partido por la mitad y su espada llena de sangre, reluciendo incesantemente con la poca luz del astro rey.
oco o corto fue absorbido por voluntad del guerrero, quien ahora estaba recuperado al 100%, observando con calma los cadáveres restantes que eran como 4 y luego se encargó de ellos, mientras que la gentes salieron al pueblo, para ver los sucedidos, solo para ver que había un guerrero caminando hacia una cafetería como