Maldición Alemana
-El exclamo de John sonó detrás de la lín
raídamente vidrieras, Catryn y John me hablab
a pasado el martes por la tarde en cuan
te por aceptar llevar a la niña a su ho
ándome a su casa diciéndome que después de todos l
qué? -Catryn pregunta. Escuché co
ía f
ta excusa y seguí
vagamente, Deeplake era un lugar muy seguro, no hay robos y mucho menos secuestros.
bruto dentro de la licorería del señor Smith. La puert
tuviera un profundo dolor allí. Caminó con
aún caminando a punto de desvanecerme. Apreté el móvil co
i al r
bía n
ía dicho que siempre van en conjunto, sin embargo,
dejarlo a
ojos y lade
s ayudamos mutuamente. Quiera o no, Becker Schwarz era un
mes. -Mire ambos lados de la calle ant
haste tanto que subiste a Facebook fo
-Rodee mis ojos
ejón. La oscuridad derrotada por la luz
ta que es un callejón sin salida. Había grandes muro
Pregunté, en
hay una entrada y ha sido por la que yo estaba cami
s son distintos...» Re
muro de unos tres o c
cos y sobre todo es
ededores. No
anas ni
e en
salió
fica tu tatu
o vivi
n, al hacerlo no tardo en irme a paso
imposible para
o mis ojos. Mi respiración era irregular, mi corazón parecía casi chocar bruscamente contra
nea su cola completamente blanca –al igual que su cuerpo–, se acerca dándome la recibida
día mantenerse de pie pero había des
xplicació
ala y comienzo a dejar todas mis cosas allí, voy rápidam
piro cálido, el vapor empieza a rodear y abrazar mi cuer
mblar ni un poco. El miedo había desaparecido y mi respiración era
erto el espejo sin embargo no le di importancia. Al vestirme, me faltaba solo
antalones observo mi
ta viaja de
ck
alzadas, su cabello negro no tenía gel: estaba
cos hacia mí, me sujeta del cuello y me estampa contra la pared.
uerte. Casi no
visto nad
e quedé mirando el cuarto de lavado vacío. Mi respiración se vuelve agitada y tiemblo. ¿Lo ha
evamente, tampoco
ara luego, sentir un esc
roducto de mi
una vez más mi reflejo con la respi
, Arzaylea Brown? Te
.
nna chilla mientras alza sus
Becker Schwarz me causó dolor de cabeza por
entras que Kerstin se detiene y se sienta en la s
duele la cabez
su cabello negro larguísimo caía tranquilamente con ligeras ondas. Sus mejillas no
que me dolía la
or qué te duele la
n distintos ¿Por qu
a. No me duele l
e, ¿Qué historia
nici
urr
nca n
etit
el y G
caen
caho
rit
apu
üenza
Ne
ntris
toria quieres
de tu dolo
suced
e cuenta
es, parecía tan adorable ¿Quién diría que me está chantajeando? Alza ambas c
o bien, tengo
mira con desconfianza. Inclina
quido con la lengua. -Eres buena mentirosa, pero conmig
tus he
orque tienes esa enor
ecorre de arriba a
¿
uien te hubiese agarrado del cuello c
i bolso comienzo a sentir como todos me miran. Un zumbido me marea y me confunde, soy incapaz de escuchar algo alejo
llo de parte frontal y estaba poniéndose violeta. Suelto un gemido de dolor y me giro a
o im
stuvo en
da viaja a su izquierda donde los cinco hermanos Schwa
do mi im
, sino que presencié como aparecí
que los hermanos Schwarz,
anto todo el mundo parecía detenerse y el zumbid
son