Reinando en el infierno
señora no dice nada, no es
-dice ella finalmente,
mi maldito padrastro, si es que se le podÃa llamar asà -digo con asco. Ella no dice nada, creo que si
dose en la puerta-si solo tienes diec
a lloraba y tenia sangre alrededor de las piernas -me detengo un momento cuando las imágenes vuelven a repetirse en mi mente-. Aga
ataste -dijo ella suavemen
vi toda la sangre saliendo
caban por intento de asesinato -¡di
, bien h
or el baño, no tengo el dinero suficiente para escapar del p
él te hacÃa eso? -
ero no creà que fuera acusarme de vender droga, porque esa serÃa la única forma de que la policÃ
enfrÃe -me dice, por un momento estoy confundi
ella me da una mirada maternal, y por
a -dice mirándome de arriba abajo, yo hago lo mismo por inercia, y la verdad tiene razón pero qué más podÃa hacer, algunas veces la señora Adela me dejaba trabajar en su loc
n no podrÃa tener. Pero luego en un tiroteo de noche murieron alrededor de die
rápidamente hacia el mostrador y viene con un gran sándwich y un vaso
co, creo que esto es lo más amable qu
el queso se me pega en los labios y juro que tiene un sabor de los dioses, nunca habÃa probado algo tan exquisito o simplem
rtemente. Me relajo un poco pero la alerta sigue estando en cada parte de mi cuerpo, como si en cualquier momento tuviera que echar a correr. Uno de ellos
ambién se rÃen, y la verdad no le veo lo gracioso. Me hacen s
da? -dice una voz ronca detrás del chico, la reconoz
Román, que mide como 1.85 cm y luego estaba el mimado que
la silla frente a mÃ, y no
me atraganto con el café, y se me v
en un susurro mira
tiendo-. La perra de tu madre llamó a la ambulan
ne hacia nosotros y Román se tensa un poco-. Tranquilo, vino la policÃa a buscarme y ella me ayudó -le son
, pero si no ha muert
ue era narcotraficante -le d
ara luego mirar hacia Christine-. Ella ni siqui
sin ese imbécil -digo para luego
todos están locos y asombrados de que yo, la chica más tÃmida del barrio haya logrado dejar en ese
porque no lo sé. Solo han pasado horas desde lo que pasó y la verdad a
na mano por la cara en señal de frustración, y yo que pensaba que mi vida no podÃa ir
y unas cuantas lágrimas caen de mis ojos, de verdad que en este momento se han preocupado por mà más personas que en toda mi vida. Román creció conmigo, jugábamos con su hermana pequeña pero ella murió en un tiroteo, recibió una bala del arma de David que si bien no era pa
coma, porque si no, mi vida se iba a ver mucho más co