Resides En Mi Corazón
oche, en la habitación set
ue Angela Xu bebió el líquido, su cuerpo
e!", el delicado maquillaje de Christa Yang no pu
rno se nublaba. ¿Cómo había sido capaz su amiga de
el odio que estaba a punto de explotar en su pecho: "Confié tanto en ti que te conté un secreto, ¡pero ahora todos sabe
te tratando de arañarla. ¡Debía haber un
liviar lo que estás sintiendo más tarde, de hecho, no es tan doloroso como crees, ¡incluso podrías disfrutarlo
pero falló, al ver esto, Christa
unto de estallar, se sentía tan caliente que quería arrancarse toda la ropa de u
apo, ¡eso no significaba que ella quisiera
que sea por unos momentos y
ecía como si acabara de salir de la pasarela, ¡se veía increíblemente guapo y Angela no podía apartar los ojos
era! ¡No podía
o que cualquiera que la j
rar la puerta, ella corrió a su lado
las arregló para pronunciar estas palabras
había sido
ue vienen a buscarme?', se
endió la lámpara, mirándol
ombre! Sin embargo, ella no pudo evitar sentir
si fuera un trozo de carne y preguntó con un tono
a las mujeres que se le ofrecían pues no tenían s
chazarla en ese estado. No obstante, eso significaría que necesitaba encontrar alguien más
Edward la agarró por los brazos y trató de s
"¡El hecho de que seas homosexual no significa que puedas ser grosero!"
ndo las cejas por la sorpresa, '¿D
s que habían ocurrido hoy, é
es eran una amenaza
lo intentó de nuevo, arreglándole el cuello de la camisa con coquetería, "N
d gritó agitando los
explicar: "Escucha... alguien me dro
ard abrió los ojos y
as pupilas dilatadas, parecía que estaba di
este podría se
onfiar en ti?", Edwar
llar y su rostro se tornó de un rojo aún más brillante. "Si no fuera por la droga, ¿cr
ipo de encanto a su alrededor, ¡pe
tó con desdén: "¿Aprovecharme de ti
sta que le dejaron marcas, ¡ya tenía suficiente de este hombre! "Mira, incluso si crees que
dward nunca había conocido a alg
on alguien como ella, aunque estaba de mal humor
bstante, Angela lo rodeó con sus brazos de forma suplic
or el calor que envolvía su cuerpo y tod
, Edward se man
s y escondió una sonrisa perversa. "¡Por favor! ¿No me quieres más? ¿No soy suficiente para ti? Tú dijiste... ¡dijiste qu
bio de situaciones y miró
ble para lograr su objetivo. "¡No abortaré
er de qué se trataba el alboroto. Al darse cuenta del problema que estaba cau
eaban la zona queda
po!", una de ellas puso los
engaña y todavía la obliga a
r expuestos en Internet! ¡Quizá
iar?", una de las mujeres preg