Lo que una chica quiere
cayó la bolsa de libros y el rui
te a él y obviamente no pude decir nada. En lugar de subir al auto caminó hacia mí con seguridad mientras se acomoda
tame a
cuerpo inundándome de un extraño
mis dedos la bolsa de libros. Su contacto desplegó en mí
por fin -no d
en merecen la mol
me llam
accidentes. Sobre todo si no estoy cerca para ayud
ije sin poder
Aunque claro, ya sabes que es
e quedé si
os libros, la levantó acercándola a sus
usted un pla
nscientemente por lo menos, apreté un poco
la vuelta y caminó con seguridad hacia el auto que lo esperaba, subió y justo an
iato y yo, bueno, yo quedé parada ahí como e
ya iba tarde, así que di media vuelta para volver a
so. Había algo en su voz, en el modo que se movía, en su sola presencia que me desarmaba. Además, era muy atractivo,
a noche en su auto y tan cerca de mi casa. Sí, parecía un poco sospechoso, pero su sorpresa a
a chica sencilla, delgada, su vestido era muy convencion
uando llegué a donde estaba y me saludó con un beso en la mejilla que en realidad tocó la comisura de mis lab
? -Me dijo una vez q
léfono y después aproveché para hacer unas comp
es cosa de mujer
e generalizara la actitud de las mujeres y aún más que me ach
quería un café y luego Daniel y yo nos enfr
decidió que quería tomarse un tiempo para viajar y conocer el mundo. Seguimos en contacto y
bajo esta luz", "si supieras lo que te estás perdiendo" y ot
raba en sus mensajes, pero jamás habría pensado en visitarlos con
cho, de cómo estaba tal o cual persona. Pero yo no podía dejar
lá. Pasamos a la dulcería y me sonrió efusivamente al pedir el
as en silencio. Acomodé mis bolsas en el asiento vacío j
ado, cualquier persona que me conociera un poco, lo sabría y pensaría que al
e, sus ojos claros, su barba cerrada y bien recortada, su cabell
mi cabeza "ya sabes que es e
respondí
uestro encuentro. Sentía una extraña felic
os que había tenido dentro de mí una noche antes. Y su boca. Sus labios. Su lengua. Esa que había besado
? Seguramente le irá
ue me decía Daniel y s
o vamos! Es divertidísim
ustó. -Le dije mientras tomab
o -incluso te ves rubor
recreando escenas que serían buenas para una p
siento muy bien, qu
e con eso. -Me dijo mientras t
ncia de su toque torpe
é al tocador. Cuando salí tenía uno de mis
ión -me dijo cuando
sas de los demás? -Le dije con un ton
l libro salió despedido. No quería inmiscuirme
n, por eso lo he co
de que me entregara la bolsa, lo hizo sin medi
dijo que pediría un au
tes, preferi
compa
mi teléfono. Gracias por todo,
a rápidamente en dirección contraria. Sin voltear a verlo apresuré el paso y me metí a una tienda que tenía salida por
scondidas entre los pasillos hasta unas escaleras y subí por ellas hasta el piso del restaurante. Entré sin esperar al encarg
esperado a que me diera la mesa pues seguro habría preguntado si alguien como yo había entrado, así que d
rel
gua mineral con jugo de arándano y comería alg
llegar tuve de nuevo la sensación de un nudo en el estómago. Aunque ahora era más u
limpié el baño, mi cuarto, el estudio, limpié a conciencia toda la casa. En realidad no había desorden, casi nunca estaba en casa ni acostumbrada re
mis compras al cuarto y las dejé en el closet sin ponerles mucha aten
ededor, las dudas e inquietudes me a
notas. En los tonos que subían y bajaban, en la melodía, en l