Entregarte Mi Corazón Sinceramente
uear la cálida luz del sol. "Esta mañana, una caja de jugo de dátiles frescos fue entregada aquí por vía aérea. ¿Te gustaría probar
s amargos, no significa que a todos les guste! Pero este fue transportad
Se dio la vuelta y miró al hombre inexpresivo en la si
a casa. Aunque a Nancy no le respondieron, todavía estaba muy conmo
brió que la gran villa estaba vacía y, a
un grueso estilo mediterráneo atrajo la atención de
oy. De pie en la casa, ella era como un ángel imp
el fondo de pantal
o se oscurece en el baño es tan deslumbrante.
n realidad de doble cara! ¡Parece que
erdad? ¡Porque la campana de viento es la mi
el balcón! ¡Los girasoles son tan he
de la villa y se maravilló de la decor
ía un rastro de dignidad humana cuando s
a por aire. Se puso en cuclillas y le dijo a Mond: "¡Mo
ierto, he visto la chimenea afuera, he buscado por todas p
severa en los ojos. Él frunció lo
himenea está oculta en la sala de estar
se detuvo, Nancy corrió al
de zapatillas y las puso frente a Mond. Pero Mond no se movió, sus ojos profundos sie
presa en los ojos de R
o era su salvadora, sino también su prometi
o le gust
ó severamente a Ron y sus ojos er
tiró las zapatillas
e agachó de nuevo frente a Mond, le tomó la mano y le rogó en un tono malcriado: "Mond, me g
ó. "Mond, ¿está bien? Me gusta este tipo de casa. Me gusta el azul y el blanco ¡
mano que sostenía Nancy
r!" Nancy se ri
incómodo, Mond apart
gir mi propia habitación?" La agradable
ido. Mirando la cara sonrien
izás es demasiado joven para comparti
y obligaciones después del matrimonio. Acabas de ir al segundo piso, debes haber visto qu
la novia de su infancia, y ella había estado siguiendo a Mond desde la infancia. Y ella co
n y ansiedad en sus ojos. De repente se dio cuenta
ario aclararle a Mond: "Ha
dejar que Nancy supiera que no había ningún s
se muda, no tendrá secretos entre ella y Mond! Nancy sabía que
rosados y respiró hondo. "¡Enton
y le dijo a Nancy: "¡
e cubrirse en la oscuridad, Ron encendió todas las luces. La sala de estilo mediterrán
se sentó en el sofá, tomó una almohada y la sostuvo con fuerza en sus brazos. Bajando la cabeza, dijo
s delgados labios apretados en una línea, y escuchó muy en serio las