Bajo la mesa del jefe
soñé, para mi alegría, todavía estaba en la habitación. Giré la cabeza hacia un lado y vi que el lugar contiguo est
su casa. A su esposa. Al pensar en esto, me sentí inmediatamente picada por una punzada
osa conmigo (a pesar de que ella ya estaba por delante de él), y todavía me molestaba que él regresara con ella. Per
brí de inmediato. Este era el
l está pagado. Vuelve al trabajo por
me hizo sonreír al menos un poco. Después del desa
n Edward. ¿Se comportará de manera diferente conmigo? ¿Los c
spuesta llenaron mi
hos compañeros se alegraron de verm
te se acercó a mí con una mirada ind
ira. Ponte manos a la obr
cuando le lanzaba miradas interesadas, pero Edward
ado en tan poco tiempo? ¿Realmente no está inter
cidad y me dieron la esperanza de una relación completa con
con tristeza, resultó que
lvira, ¿pue
estaba muy avergonzada.
y tuve que forzar mi oído para
obe
ue cerrara
obe
undió sus labios en los míos. Yo, sin esperar tal presión, casi me asfixio mientras me to
spiró en mis labios. "¿E
repente en
istente, mirando la salida con algo de ansiedad, ha
spuesta, ¡y me entreg
estidas excitaron mi sangre, y la cómoda de la oficina se balanceaba de un lado a otro gracias a nuestros
da desde el teléfono del trabajo, coincidieron en el tiempo. Bajo
ada con aire tranquilo. Inmediatamente tuve la sensación de que no era la primera
todo, salí silenciosamente de
asó con tal aire como si volviera a casa. Me quedé
diato desplegó toda una mezcla de sentimientos: alegría, tristeza, am
! Sería mejor que lo viera. Entonces no te
se me
Y cierra la pue
ando que no vie
ágrimas se secaron, se volvió un poco más fácil.
lo hubie
en la oficina de Edward. Era como si no pas
le?" Pensé. Pero después de un par de minutos,
de horror. De hecho, ¿por qué no? Aunque estab
o que ya no tend
as yo estaba como hipnotizada, y escuchaba este desagradable gemido. Sof
h! ¡Si! Sí, quer
ro por alguna razón, realmente quería ver ¿QUÉ estab
en silencio. Comprendí con la cabeza que eso me haría mucho daño, pero no pude evitarlo. Afortunadamente, o vicev
e mis ojos, que pareció clavar u
za echada hacia atrás con los ojos cerrados. Había un evidente plac
lí corriendo de la oficina. El rostro de esta mujer afortu