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Seduciendo a la repostera

Capítulo 4 No todo lo que brilla es oro

Palabras:2269    |    Actualizado en: 19/06/2021

n condiciones de protestar siquiera?, apenas si podía mantenerse consciente, le estaba sermoneando sobre las razones por las que debería mantenerse en la cama, como si fuese un niño al que tenía q

uejó -ya me zu

ífico sobre los cuidados que deberías tener, debo certificarme de que cumplas con las indicaciones

o beber agua - se que

volviendo instantes después - ¡Toma! bebe con cuidado, tendrás mal

eso antes pensó, al sen

dado cuenta,

mi

o decir

lores, por un instante ella pensó que tal vez él hab

la lo miró evident

rsonas de este pueblo y si v

or qué estoy

spital, solo un cl

un

iente, sin memor

lar

as? - preguntó al recorda

heriff vaya a verificar el v

lo hará? - d

o que se vio afectado por el huracán, tienen mucho qu

tió molesto, algo en su ser le decía para prot

ise ser

n cualquier momento, pero no te esfuerces demasiado, el

or! - dijo de f

n, será mejor que descanses, y por si ya l

realidad, y ahora se sentía más molesto consigo

se dio cuenta de que su act

¿S

que estás cocinado? - ell

erlo - entonces

s molesta, estaba recordando la visión que tuvo de él parado semidesnudo, tenía músculos en lugares que ella que si ella no los hubiera visto en vivo pensaría que le hicieron retoques, aún no recordaba quién era, sentía pena por él, se dijo, intentando justificar la necesidad de protegerlo, cuando lo empujó hacia la cama había puesto sus manos en él, al estar medio desnudo sus dedos entraron en contacto con su piel cálida y eso la hizo estremecer

a recién sacada del horno, un vaso de leche y las

, se supone que deberías tener solo comidas livianas,

sucedió, el hombre le son

un t

esa distancia le podía ver claramente los ojos, no eran ve

rrible - el

rarme en un espejo, ¿deb

igió - te vez como un homb

tesia perdió el efecto, siento como si

ordar algo de

que había tenido cuando le preguntó su

, luego que me rescatabas, algunos m

que despierto cuando te encontré, a

ué me so

o que

me conoces, y estábamos en m

ualquiera ha

aría tan se

más temprano del trabajo hoy

de repente le importab

repo

plica mu

é te re

a - y la fragancia inconfundible de ho

se la mano por la cara intentand

tomó su rostro con una mano

un leve toque y ella ya se había derretido como chocolate. Ap

é en la sala, si necesitas cua

spe

¿S

debería

Hu

un nombre sustituto ha

cómodo, ¿Qué nombre

lo le venían palabras como señor, amo,

lij

en s

s solo

que deberías

- esta vez fue é

ien ¿Qué

ena

nsa - y cerró la puerta antes

que ocurría cuando una mujer deseaba a un hombre? se preguntó, necesitaba aire fresco, abrió las ventajas para intentar aliviar su calor, tenía que sobrevivir, él se iría pronto y su vida volvería a su rutina normal, , viendo los horarios de la medicación de

nía la cabeza apoyada en una mano y con la otra presionaba una almohada contra su pecho, se veía muy bella, tan inocente y pacífica pensó, totalmente lo opuesto a la mujer que lo había reducido la noche anterior, no quiso despertarla, parecía exhausta, re

as más t

da, fue corriendo a ver si su paciente estaba despierto, pero encontró la cama vacía, entonces sintió pánico, ¿Se habría es

a sus partes íntimas, segundo ¿Por qué diablos no le avisó que ya estaba despierto?, se s

, aproveché para darme

lo he

qué no la había desper

é no está

la que tenía está

ubieras despertado, así podría hab

ácidamente, no q

piel mojada, ahora le estaba sonriendo pícaramente, tal vez ese hombre no recordaba quién era, pero sin duda no había olvidado sus h

trar algo allí, de tu "talla" agregó sin poder evitar echarle una buena mirada a todo su cuerp

sin más entró

tiera se vería "pecaminosamente" bien en él, a no ser que le ponga un saco de harina pensó, en seguida le entregó una camiseta blanca y unos jeans descoloridos, al verlo vestido ella se arrepintió de su elección,

garganta e

pa de tu talla en el pueblo,

mplemente asinti

ir a ver si hay alguna novedad sobre tu identidad y

nti

cación cuando sea la hora, si te da hamb

or, sí

provoques! - d

o más que nadie quiero s

e - dijo al sal

bían encontrado alguna documentación del desconocido, en el fondo ella sabía que él n

do que el doctor Sullivan te

s, ¿podrías confirmar si pertenecen al hombre que encontraste ayer? - dijo ent

l hombre que e

ces quié

xactamente lo que

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