Sedúceme si puedes, Ceo
ÍTU
vierno soplaba sádicamente azotando los días. Y como tomar el almuerzo afuera era impensable, la cafetería comunitaria de
que me encontraba por la huida inesperada de Amenadiel la noche anterior en el bar. Pero, me s
illa ubicada frente a mí y con una sonrisa jovi
e ella y Dante besándose, provo
ta la garganta a Dante, así se hace
s deben bes
es uno,
nte, pero sé que sabe hacerme sentir más como una hembra que como una mujer -continua Maddy -. Incluso se volvió una adicción -su voz se apaga un poco al igual qu
a hembra porque mis bragas, que están habilitadas para todo hombre que me atraiga así lo confirman, mi corazón de hembra le pertenece profundamente a Dante. Él lo sabe, y no veo posibi
shacer el nudo en mi garganta. -¿Vas a ir por m
Aunque sea una locura, Aria, pero ¡es ta
cara que, tanto en mis sueños como e
in y presentarlo a tus padres, con eso no alcanza Mad
cuando el chico malo encuentra a la
es Wattpa
o anoche me hace el amor en el bar y tú te empeñas en apagarme
mi vaso desechable en mis manos
o una ceja -. Y todo esto te lo digo porque con
asta que asiente y
ongo que estoy tan obsesionada con ese chico
as -le guiño el ojo mientras le sonrio,
atractivos. Es decir, mírate, eres perfecta Aria. Tu cabello es tan negro que resalta las facciones de tu rostro, tienes unos ojazos tan hermosos que dan ganas de
palabras, sin creer ni un poco en lo que le digo -. Dante y yo
seaba s
carta de sobre blanco que se asoma por debajo de la puerta. Con el ceño fruncido miro a am
ueño mensaje en ella, como si hubi
la n
sabe sobre tus intenciones de dejar el Inframun
ta, estrujándola en mi mano y abro
ltaba! -grito
se los saca, aturdido y con los ojos bien abiertos. Le
a de mi madre si te atreves a pasar sobre mí, pero me enc
y la vuelve a su estado normal con ayuda de sus manos para poder le
zo, cierro con cerrojo y me
oy estúpida -mascullo, mirándolo a los ojos
Me echo hacia atrás antes de que me lle
enta que esta no es mi letra? Mí Aria, me
go por la adrenalina que corre por mis venas. Le saco la carta de la mano y
no tengo al acosador frente mi
, me encantaría delatarte ante Perséfone, pero perdería a una buena amiga y eso es lo que no quiero.
ofundidad de su iris café es tan hipnotizante que me pie
en mis ojos y la que está hipnotizando a Dante finalmente soy yo, irradiando aquella esencia que enloquece a los hombres. Su momento de d
los míos y sus ojos se entrecierran. Su respi
uno, me pierdo en aquel beso suave, gentil, tímido. Con sus fibrosas piernas apoyad
la obligación de hacer puntillas con los pies para poder alcanzarlo mejor. Mis manos viajan a su r
e el ritual de liberación del alma, del espíritu; para que la intensidad
asfixia de las pieles que, desesperadamente buscan concretar la unión. Su calor anula al invierno y sus besos me rompen, me construyen. No comprendo que pasa, pero lo dejo ser. Sólo por un instante quiero echarme a llorar porque mientras que yo lo observo con ojos lle
a que hace tiempo quiere hacerlo. Su cuerpo me pertenece y yo soy suya. Aprieto co
zo con mi lengua una línea desde su garganta hasta la barbilla. Sensaciones en mi interior a
Dante y yo paramos de
a en la cafetería -escucho a M
rra decir algo. Él sigue arriba mío, mirando la puerta, absortos. Es
mienza a hacer poco a poco movimientos rítmicos con sus caderas, introduciéndomel
s alejándose. Maddy se ha ido. Hecho la cab
e estamos juntos. Un golpe al orgullo, me lo merezc
el que estaba enamorado de mí
espera para que se fijara en mí ya habían terminado. Porque él me había herido de tal
ás, mucho más difícil que Dante. Porque a veces no llegaba
ntento de hacerle sentir lo q
el que debía r