El diario de una husmeadora
as sentido como
un -000
o no e
ecuación no alteras en lo
rmiendo porque sabes que lo que te espera
on cientos más y se habían acumulado el doble mientras me duchaba
ant
dos los días y dormir, olvidar la vida real y adentrarme en los sueños donde yo era
eren a la he
ía despertar a mi madre y verla otra vez quejándose de su resaca, era lo peor. Ya había llorado mucho por ver
lo que hacen l
e llevaba café a mi mamá después de ir por él a la cafetería; pero no era capaz de
z minutos para mí sola sent
enc
con una sonrisa completa a sus colegios, transmitiéndome la energía que me faltaba diariam
que caían sobre mi capucha me recordaban cómo me sentía. Veía a los niños
quella niñera que se iba volando en su sombrilla, porque e
no tenía las mínima
da, solo era otro día,
esayunar. Di un estornudo, sintiendo que l
uscaba papel en mis bolsi
el que había estudiado anoche... ahora sentía que el esfuerzo que tomaba en estudiar tampoc
tu esfuerzo no da el resulta
r mi nariz e intentaba disimularlo; y por otra, porque no quería mirar a nadie a los ojos. Siempre he
ha pasado. Hasta la chica o el chico más risueño y feliz ha tenido esta clase anormal de días. Aquellos en los que crees que se s
s de maneras distintas. Mi manera de desahog
chila y se sentaba en frente, al otro lado de la calle. La rutina de todos los días. Incluso no sabía si tenía g
ura y todos los gatos
í. La única compañía que tenía era el agua cayendo en mis mejillas, surcándolas y terminando su recorrido en mi b
otra creando una enorme familia. Tal vez si dejaba que mis mocos cayeran se unirían y serían los primos lejanos. Pero
cuello e irónicamente protegiéndome del agua que ya me tenía empap
rar. Lo cubría una sombrilla e iba vestido de azul, sus ojos me recordaron el cielo cubierto det
un leve asentimiento. Siguió su camino y me dejó sentada, m
te la fría lluvia. Pero después de todo, había pensado en mí, no era un -0,0. M
dar a entender lo que sentía pero para resu
os, pero los buenos hacen que valga la pena sobrevivir a los malos, hoy te conté el pequeño det