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El diario de una husmeadora

Capítulo 5 5

Palabras:1126    |    Actualizado en: 27/07/2021

as sentido como

un -000

o no e

ecuación no alteras en lo

rmiendo porque sabes que lo que te espera

on cientos más y se habían acumulado el doble mientras me duchaba

ant

dos los días y dormir, olvidar la vida real y adentrarme en los sueños donde yo era

eren a la he

ía despertar a mi madre y verla otra vez quejándose de su resaca, era lo peor. Ya había llorado mucho por ver

lo que hacen l

e llevaba café a mi mamá después de ir por él a la cafetería; pero no era capaz de

z minutos para mí sola sent

enc

con una sonrisa completa a sus colegios, transmitiéndome la energía que me faltaba diariam

que caían sobre mi capucha me recordaban cómo me sentía. Veía a los niños

quella niñera que se iba volando en su sombrilla, porque e

no tenía las mínima

da, solo era otro día,

esayunar. Di un estornudo, sintiendo que l

uscaba papel en mis bolsi

el que había estudiado anoche... ahora sentía que el esfuerzo que tomaba en estudiar tampoc

tu esfuerzo no da el resulta

r mi nariz e intentaba disimularlo; y por otra, porque no quería mirar a nadie a los ojos. Siempre he

ha pasado. Hasta la chica o el chico más risueño y feliz ha tenido esta clase anormal de días. Aquellos en los que crees que se s

s de maneras distintas. Mi manera de desahog

chila y se sentaba en frente, al otro lado de la calle. La rutina de todos los días. Incluso no sabía si tenía g

ura y todos los gatos

í. La única compañía que tenía era el agua cayendo en mis mejillas, surcándolas y terminando su recorrido en mi b

otra creando una enorme familia. Tal vez si dejaba que mis mocos cayeran se unirían y serían los primos lejanos. Pero

cuello e irónicamente protegiéndome del agua que ya me tenía empap

rar. Lo cubría una sombrilla e iba vestido de azul, sus ojos me recordaron el cielo cubierto det

un leve asentimiento. Siguió su camino y me dejó sentada, m

te la fría lluvia. Pero después de todo, había pensado en mí, no era un -0,0. M

dar a entender lo que sentía pero para resu

os, pero los buenos hacen que valga la pena sobrevivir a los malos, hoy te conté el pequeño det

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