Alumna Modelo + 18
, posee mucha más fuerza que yo, por lo que, ni le afectan mis esfuerzos. A medida que nos
e me suelte abusivo! - r
vitablemente la situación comienza a excitarme, pese al miedo que me consume - ¡Debo estar mal de cabeza! - reflexiono
iensa hacerme?! - reclamo, pero en un tono mucho más bajo, creo que las hormonas están ganando la batalla contras los instintos de sup
tiene control de las reacciones de su cuerpo. Las palabras brillan por su ausencia, lo único que se escucha es el sonido de nuestras agitad
uelven la entrañas haciéndome reaccionar. Otra vez intento zafarme, pero lo úni
o! De seguro las chicas ni me deben estar
lla? - Se supone que eso es lo que debería pensar, pero lo excitante que se siente ser sometida en la oscurida
ue me vaya! ¡No me h
inicia - ¡No entiendo! ¿Cómo puede excitarme? - me reprendo. Trato de buscar una explicación lógica y llego a la conclusión que, eso forma parte de los instintos
las piernas me flaquean - ¿De verdad voy a dejar de lucha
eto - ¡Admita que le encanta sentirse deseada y sometida! - No doy crédito a lo que
altada - ¡Es un cretino! - se ríe, pero bajo
susurra muy cerca de mis labios pr
! ¡Suélteme en este momen
o - el pulso se me acelera por el calor que produce su aliento en ese punto sensibl
ntrolarme y de, que no se me cuenta que me está afectando - ¡Déjeme en paz! - r
e más que las palabras? - Asegura cínicamente. Todo rastro de agradecimiento que podía tener hace un rato por haberme ayudado, se desvanec
s en su punto débil, es notorio que ese imbécil sabe bien lo que hace - ¡Suéltem
z suena tan sexy, que me corta la respiración. Mis defensas se han debilito me he dejado
el hombre al que casi caigo a cachetadas en la mañana por impertinente, lo más injusto de todo, es que como
ito - Lo único que hay es un abusador que
ido - en ese momento puedo ver sus ojos clavados en los míos, están llenos de lujuria, parecen oscuros a pesar que originalmente s
replico, como último intent
o demostraré! - acto seguido p
an suaves y diestros que hacen caer una a una las pocas barreras que me quedan, su lengua acaricia los mío
hasta mi rodilla, robándome un gemido, claramente puede sentir la dureza de mis pezones a través del vestido, cosa que le