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Ángeles y Demonios

Capítulo 4 Esa noche fue la noche

Palabras:1277    |    Actualizado en: 14/09/2021

dicho Irina con total convicción de que eso era todo lo que necesita

con unas escasas ondas, su rostro estaba acompañado de un sobrio maquillaje, con somobras en un tono entre marrón y negro en los párpados, labial rojo mate y un soplido de rubor, su piel blanca e i

con una especialidad en oncología entre otras cosas y que desgraciadamente convivía cada día con la muerte caminándole a un lado, ver el cáncer cobrar fuerza en su propia madre fue como si la vida se riera de ella, sin embargo, ya no podía hacer nada, su madre l

el vestido negro que había decidido llevar, este era ajustado en la zona del pecho donde dejaba a ver un diminuto escote, abarazndo su silueta hasta abajo dos dedos más allá de la rodil

cina, y su oficina junto con un pequeño baño para las visitas, arriba, d

la habitación, caminando por el pasillo y finalmente bajando por las escaleras, sacándole un suspiro contenido a Irina quien se acercó y abrazó fuer

gió de hombros siguiénd

espondió simple, Lailah la obser

donde había un taxi esperándolas para llevarla a su destino, el Club Fal

cial para volver a ser si bien no la mejor uno de ellos, comenzar a trabajar y hacer su especialidad en oncología al mismo tiempo, hasta que hizo su primer contrato con un hospital privado, en el cual trabaja ahora, sí, eso ha sido todo, si no fuera porque conoció a Irina y Eliot desde sus primeros años de vida, juraría q

unca se mostraba muy interesada en las relaciones más allá de algo pasajero, uno porque no tenía el tiempo, dos porque realmente no le interesaba, aún así le gustaba verse bien, sentirse bien consigo misma, algo que había cambiado despu

ueno, Lailah tuvo que reconocer que el lugar era, bueno, vistoso-Ven, Eliot tiene un amigo aqu

el con luz neón y la figura de dos cuerpos-masculino y femenino-con las alas partidas sobre el alero junto al cartel, honestamente no le daba mucha tranquilidad-Hola, mi nombre es Irin

ecleó un par de cosas antes de volver a mirarlas y con una so

onde todos somos ángeles ha

s grises llenos de brillo mientras Irina solo chillaba de emoción arrastrándola dent

u

u

si

óba

lar

arto nivel, Lailah no sabía porqué, no obstante podía jurar que FallWings era lo más parecido al infier

angada hasta los codos, pantalón de tela negro con estilizado corte italiano acercándose hast

e-respond

ante-adju

ho un brazo a ambas enci

e frente a ellas y de espalda a la pista con los brazos abiertos no sin antes deci

a cierta que tan acert

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