Ángeles y Demonios
dicho Irina con total convicción de que eso era todo lo que necesita
con unas escasas ondas, su rostro estaba acompañado de un sobrio maquillaje, con somobras en un tono entre marrón y negro en los párpados, labial rojo mate y un soplido de rubor, su piel blanca e i
con una especialidad en oncología entre otras cosas y que desgraciadamente convivía cada día con la muerte caminándole a un lado, ver el cáncer cobrar fuerza en su propia madre fue como si la vida se riera de ella, sin embargo, ya no podía hacer nada, su madre l
el vestido negro que había decidido llevar, este era ajustado en la zona del pecho donde dejaba a ver un diminuto escote, abarazndo su silueta hasta abajo dos dedos más allá de la rodil
cina, y su oficina junto con un pequeño baño para las visitas, arriba, d
la habitación, caminando por el pasillo y finalmente bajando por las escaleras, sacándole un suspiro contenido a Irina quien se acercó y abrazó fuer
gió de hombros siguiénd
espondió simple, Lailah la obser
donde había un taxi esperándolas para llevarla a su destino, el Club Fal
cial para volver a ser si bien no la mejor uno de ellos, comenzar a trabajar y hacer su especialidad en oncología al mismo tiempo, hasta que hizo su primer contrato con un hospital privado, en el cual trabaja ahora, sí, eso ha sido todo, si no fuera porque conoció a Irina y Eliot desde sus primeros años de vida, juraría q
unca se mostraba muy interesada en las relaciones más allá de algo pasajero, uno porque no tenía el tiempo, dos porque realmente no le interesaba, aún así le gustaba verse bien, sentirse bien consigo misma, algo que había cambiado despu
ueno, Lailah tuvo que reconocer que el lugar era, bueno, vistoso-Ven, Eliot tiene un amigo aqu
el con luz neón y la figura de dos cuerpos-masculino y femenino-con las alas partidas sobre el alero junto al cartel, honestamente no le daba mucha tranquilidad-Hola, mi nombre es Irin
ecleó un par de cosas antes de volver a mirarlas y con una so
onde todos somos ángeles ha
s grises llenos de brillo mientras Irina solo chillaba de emoción arrastrándola dent
u
u
si
óba
lar
arto nivel, Lailah no sabía porqué, no obstante podía jurar que FallWings era lo más parecido al infier
angada hasta los codos, pantalón de tela negro con estilizado corte italiano acercándose hast
e-respond
ante-adju
ho un brazo a ambas enci
e frente a ellas y de espalda a la pista con los brazos abiertos no sin antes deci
a cierta que tan acert