El pimpollo
con el recuerdo de ese hombre.
a mis
atarme, sincerandose con mi
gna de ese amor. Porque yo era muy chica
o era excusa suficiente
inar sobre una realidad cercana, y ya co
ntasíar con realidad más alejada de mi verdadera vida aún. Decidí
hasta ese momento, se hizo n
yo. Pero con dos años más que
o env
vo su primer pretendiente. Y no solo fue un muchacho. Todos gustaban
os espectantes a
taba. Pasando d
uidando que ningún atrevi
, y si inocencia. Para
tengo una inocen
. Sólo que la mía n
exceso. Lo que no me convertía en la chica más atractiva de la escuela. Sólo