Di Que Soy Tu Cariño
ma, desmayándose al pie de las escaleras. Su cuerpo se había de
os días ya la habían ag
su habitación, con varios guardaespaldas apostados fuera de su puer
era tan mala, pero le aquejaba la sola idea
, Christine comenzó a ext
ett, ¿cómo estará? Si tan
o se sentía un poco asustada. Por un lado, había sido amenazada por su padre,
ará Barrett si lo sabe? ¿Cre
arrett, Christine siem
su hija. Como esta apenas había comido durante días, solo se preocupa
era ese día, al final lo que más importaba
Christine, no permitas que se muera de hambre". Su voz era tan fu
cioso que no quisiera matarla de hambre. Claramente tenía miedo de ofender a la familia
stine, pero los guardaespaldas la detuvieron. "No está permitido entrar
spaldas con el tazón de comida en mano. Entonces lo
, así que aventó el tazón y un instante después, frag
ue morir, ¡te llevaré conmigo!". Christine gritó desde el fondo de
erte, ya que apenas había comido en los últimos días. Sin embargo, n
ó. No obstante, no parecía ser un gran problema en l
iba a ser miembro de la familia Helian. Si ella moría antes de la boda, sería un caos, así que el padre
o no se veía nada bien, así que se inclinó y revisó sus signos vitales. Afortunadamente aún respiraba, pero apenas, y si
ó a la madre de Christine, sin embargo, su
nuestra familia. Pero eres tan rebelde, si no te hubieras comprometido con Wesley, te d
guardaespaldas y juntos
ionante, así que tan pronto como la ingr
ién era consciente de que su nieto tenía algo en contra de esa jove
lo, estaba tan enojado, que le exigió a su secre
n asistente sobre lo que acababa de sucederle a Christine. Ento
itó, "Ella es tu mujer, ¡debes tratarla bien! Ahora mismo est
abuelo, el hombre no tuvo el temple para desobe
ien, ya
ntiéndose algo indignado. "Per
pertar. Se encontraba sola en la enorme sala, así que t
da que ver con Wesley y tan solo pudiera estar cerca de Barrett. 'En tres días, tendré que robar mi pasapor
esperanzadora fantasía, no se percató de
onreír así mientras bebes agua?". Wesley, mirando el páli
tió profundamente disgustada, pero evaluó su situación cuidadosamente, percatándose de que estaba sola en la habitación con un hombre adulto
aún más, "Escuché que estabas en huelga de hambre, ¿por qué no mej
atarte, búscate algún rincón y muérete ahí, en silencio. P
la paciencia de Christine, ha
ey. En el pasado, contestarle solamente le provocaría una leve molestia, per
re. '¿No te preocupa tu amante? No puedes encontrar a tu amada, ¿verdad? ¿No tienes miedo de
nto tiempo, ¿no tienes qu
e estar muy triste. ¿O es qu
e verdad ella es tan toler
a juzgar por la mueca en el rostro de We
la estaba coquetea
que apostó a que no importaba lo enojado que estuviera aquel homb