La Biblia de los Caídos
eor que un vampiro. Tú no robas la sangre, Gris, tu juego es infinitamente más peligroso, te atreves a comerciar con almas, como hacen los demonios. Practicas las artes del inf
mpide valorar un alma como lo que realmente es. Ambicionas una para poder comprender, saber qué es la vida. Algo que desconoces porque en realidad estás muerto. ¿De qué otro modo clasificar tu condición? Y por ello te despr
a cada centímetro de su cuerpo, moverse era una tortura. No recono
brillantes, sinceros, pero no podía
aber la verdad, Sara
os a una habitación para que pudieras recobrarte a solas. L
a levantarse, c
tiempo
de Sara sonaba triste-. Para eso he venido. Me ofreciste una prueba, una muestr
. Tengo que saber si puedes venir con nosotros,
ces dud
e es capaz de soportarlo. El anterior rastrea
, lo sé, les he oído. Incluso Miriam dice haber coincidido c
tras motivaciones. Ellos no
r qu
n normales. T
res de
ti, pero no son personas normales y corrientes, ya lo irás com
son tus amigos? ¿Te aco
que puedas imaginar. No, no son mis amigos. Y sin embargo tal vez sea
Es cierto que se nota que os conocéis desde hace ti
die más pu
o supo qué decir ante aquella afirmació
que te acusan? ¿Un monstruo más parec
hay de
cambió, se apagó y
n toda seguridad, no esperaba la anterior contestación del Gris
r cosas increíbles, algunas de ellas, terribles. Si decides no acompañarm
dirás toda la ve
hasta do
un momento
ese modo? ¿Por qué no replicaste a M
oy un monstruo. Hay mucha gente qu
xtrañara. Pero aun así, ¿no te molesta q
ijera que no lo soy? Nada en absoluto. Di
testado a m
espera! Déjame terminar, y escúchame con ate
as. Tenemos que vivir de algo, pero eso
o importa, es comprensible. He visto esa expresión muchas veces, demasiadas. Así reaccionan las personas ante mí, con rechazo, con desprecio..., con miedo. Estoy acostumbrado, es parte de mi mundo afrontar
e. Va en contra del código, lo sé muy bien. Jugar con el alma de otra person
Una idea empezó a f
o el Gris confirm
¿cómo es
sepan algo, pero así es. El tiempo apenas tiene significado para ellos, pues son inmortales, y por ello decidieron investigar mi caso, no precipitarse
de cerrar el trato contigo. No quería ofrecerte su alma sin que alguien
is as
conoces la razón de mi rechazo a la luz natural, pero él no. Solo ha escuchado cómo me comparaban con un demonio roba-almas y no le queda más remedio que aceptar el precio par
ara contemplar tu situación, no debería preoc
as tu inmortalidad? No, no lo harías, lo sabes muy bien. Al menos, no
ición? Si hablaran de ti al mundo oculto, si la gente te conociera c
réntesis hasta que averigüen la verdad, y puedes estar segura de que lo harán, es solo cuestión de tiempo. Es una forma de mantenerse neutros ante una de las escasísimas situaciones que no controlan
ienes alma -
i camino es una carrera. Debo alcanzar mi m
meta? ¿Qué obj
i decides acompañarme lo sabrás, te lo prometo. No
Es una tontería, pero cuando algo se mete en la cabeza, no puedo ignorarlo. Y esto lo tengo atravesado desde que escuché algo antes, a los demás. Hablaban de ti y de mí. No saben por qué me has pedido que me una a vosot
*
to. Nuestra amiga está cuidando de él. Se ha puesto un poco tontita con lo de permanecer junto a su cama. Tierno, ¿verdad? -Hablaba para sí mismo,
e la habitación. Mario y Elena observaban con gesto preocupado, mientras el abogado del millonario tomaba aire en una de las ventanas
la habrías visto perfectame
ú vayas al infierno, ya me contarás si te atreves
ya está -d
del círculo de runas y Diego por
azadora mirada de Elena-. No era mi intención... En realidad no es tan... Mi
se había separado de Mario y avanzaba hacia Diego con la mano alzada-. No le hagas caso, E
marido tenía la vista enterrada en el espantoso ser en que se h
o el niño sonriendo a Miriam. Soltó un bostezó
s a empezar a portarte como un buen chico. No querrás verme enfadada, ¿a qué no? Ya
cho, te lo juro. Es un placer difícil de describir, como cuando un profesor te castiga y luego consigues putearle delante de todo el
ego palideció. Miriam no pudo esconder s
ún pr
o. El abogado estornudó de nuevo, dos veces
eguntó el abogado
ó Diego-. Estás acatarrado. No q
ebre. Es solo un poco de frío po
. Ahora mismo ese cuerpo rechoncho tuyo es un criadero de virus y bacterias. Si no te lar
meó el hombro-. Solo es un estornudo
a, y le pidió al abogado-: Es m
Esto es absurdo -s
le conozco -explicó Miriam-. Lo siento.
iraba a Diego con una mueca de desaprobación. Elen
resó al rost
vecharé para examinar a la niña -dijo escogie
inclinada a un lado. Su pecho apenas se movía, pero
es -le advi
ca es porque la habéis esposado. Eso es lo que hacíais cuando entré, ¿no?
uesos brazaletes de plata. Tenían grabados muchos símbolos
ex-. Aún no sabemos cuá
estazo, tío! Huele peor que el espectro que expulsamos de las cloacas hace seis meses. ¿Te acuerdas? Aquel
iriam-. El físico es lo de menos en es
ierno. -Diego acercó más la cara, a un palmo de la
gritó Miriam-. ¡
acercarlo, casi tocó la mejilla de la pequeña Silvia. Miriam le lanzó una mirada feroz y el niñ
ío... -rabió
azaba con arrimar el dedo
Y si la toco en un brazo? Siento curiosidad. ¿Qué sucedería si meto la pata con un demonio en presencia de una centinela de tu categ
cababa de abrir los ojos. Diego gateó hacia atrás, de espaldas, a un ritmo frenético, como si el
nó Miriam, sac
niño? -rugi
ta medio corriendo, medio gateando-. ¡Maldición, no se
Miriam-. La he cerrado yo. No vo
Abre y déjame s
N
la ventana -d
x, contrólale. ¿Pero qué haces? ¡Ve a p
niña abrió la boca superando el límite de la mandíbula. V
del infierno, saltó y falló, se estrelló contra la
tembló, pero las cadenas resistieron. Miriam se relajó y volvió a
de rodillas y enterró
a la de Silvia. Una voz dulce y desvalida-. Me has en
se iluminó-. ¿Eres tú, hija? ¿
la niña-. No me siento
dos pasos,
iño. Esta gente ha
oy en
ro no e
rieta. Quítamelas, papá. Llévame a
am-. Es un truco. No
e su mujer. Elena no se había movido, permanecía c
gura? -pre
inela a
nte. ¿Crees que el demonio se ha ido
ra cierto. Mario no dijo nad
De qué habla esa señor
-. Os confundirá, no la escuchéis. Todos deberíamos
, te lo suplico... -sig
ncontraba su mujer. La centinela abrió la puerta. El abog
sido ese
-. Que descansen, lo necesitarán. Y tú, Álex, recoge a
rdenes, Miriam. N
a Diego y no me has explicado cómo pudiste llegar antes que yo a
a mano al mango del martillo-. Cuidado, Miriam. No te metas en mis asuntos, te lo advierto.
cuidado de no tocar a la centin
e está
ó al niño a
veía desde hacía un buen rato-. Se habrá
abitación. La centinela cerró la p
o alguna hemorragia interna. -Se palpó todo el cuerpo con ansia-. Tendré q
riam, asqueada-. Te está
¿verdad? Mi tormen
ción. Diles a los demás que nadie intente en
as?¿A
oy a entregar al Gris a los áng
*
os que
quina, de las sombras,
a, aumentó la luz. La oscuridad ret
streadora miró a la puerta, estaba cerra
acercó a
que habla
ncorporó con
rado del todo -dijo
-la cor
en el Gris. Ella no importaba, solo era un est
e encuentro mucho mejor -añadió a
nó la habitación. No pudo evitar lanzar a Álex
olas-. Ni siquiera sé por dónde empezar -masculló. E
Miriam? -pre
ingún gesto. El tono era el acostumbrado: indifere
l mientras el Gris comprobaba su pierna derecha.
e la esperabas -razonó Álex-. Si
que la envi
rodilla no aguantó, ce
dijo que estuviste presente en la muerte del án
contártelo todo.
cama y se masajeó la pierna
e ocurra darme la espa
te gusta el modo en que lo hago, pero eso n
ué pasó con el demo
nfié. Esa niña es muy f
sintió-. Pues no me digas que te equivocaste, esas runas son muy senci
inclinó
Ese demonio me ocultó su
r ido solo. No tienes derecho a ex
fica cómo debo vivir mi
escupió Álex-. No sabes
del Gris
jugando aquí soy yo, no tú. Cuando lo arriesgues todo, como hago yo, po
echa algo por la rapidez con la que llegué a tu lado. Tuve que hacerlo para salvarte, fue por
a frente, dejó de masajea
hubiera arreglado sin ti. -Dio un puñetaz
bos, no es tonta. Y fue por tu culpa,
o, pero la próxima vez, manten
manía de hacerlo a solas. Y seguimos de una pieza porque tuvimos suerte. Si el demonio no hubiera estado centrado en ti
rirá. Y en cuant
est
tro. No podemos preocuparnos de estas chorradas. Tenemos cosas más importantes que hacer. Miriam te va a llevar ante el cónclave. Va
s absurdo, nadie puede hacerlo. Solo los demonios más
l tono de voz-. Por eso necesitamos tiempo para
ero que vuelvas a interferir. Sé que intentaste matar a la chica, no solo salvarme. Querías acabar con ella para que nos fuéra
s y el cónclave. No se reúnen para darse palmaditas en l
sas hacer pa
ecesitamos tiempo, y como puede que la centinela me haya des