Volver a enamorarse
ón
le sucediera nada y todo empeoró, recuerdo la sangre en su frente, en sus labios, recuerdo los morados y como cerraba los ojos con lentitud. Recuerdo que me desesperé e intenté llamar a emergencias, pero fue muy tarde porque sentí mi cuerpo desfallecer. No tengo idea de cuánto tiempo estuvi
dónde. Desapareció de las redes, cambio de línea y la perdí. Cada momento que pasamos juntos se borró de su mente, ella fue un huracán, mi propia tormenta. Lloré por semanas, hasta que cumplí veintidós años y empecé a moldear mi vida. Comencé junto con un amigo a crear trajes y a venderlos, crecí, me fui a New Yor
a quién era, pero cuando me observó con ojos curiosos y desconocidos, confirmé que jamás pudo acordarse de mí. Era extraño, porque acabamos en la misma ciudad y tomé la decisión de contratarla, para tenerla cerca, para poder
nsas? -me pr
ayer, nunca pensé q
car a la boca y siguió hablando-. Ambos
Ryan, ayer cuando la vi acercarse a mí,
ar mal a la persona que te
el p
o un dement
emente do
s tu secretaria y deberás verla todos
con ella, ya sabes, c
s ideas de demente, y
igues c
gu
Y
pero también me dolía saber que estaba cerca de mí y no podía hacer mucho por ella. Si su madre se enterará que he vuelt
evo yo, a la persona que nació tras un coma, tras la perdida de memoria de su novia y tras todos
era un conjunto de arte, de preciosidad y está no era la excepción. Mi línea de ropa consistía en trajes nostálgicos, por lo tanto la mayorí
estaba p
abras, de seguro no estaría a
ze
como me cuenta sobre su día. Me preguntó cómo se sentirá que está sobre mí y lama mi rost
a apartamentos por internet, le alquilaría uno a Hazel, de todas formas, necesitaba que estuviera disponible y cerca para cuando vayamos a via
e me acompañaba por las tardes, a veces, incluso se quedaba conmigo a pasar la noche y hablar sobre temas del corazón. El er
lor, una de las chicas con la que acosté la semana pasada. Tenía un vestido rojo y los labio
ando respirar y
a olvidado
su saco sobre el mueble y miró las botellas de vino que estaban en la mesita.
ino en
tiendo
s y bajó hasta mi pantalón. Tener relaciones con Flor siempre me ha gustado, pero
e a
hablar so
os despué
lones, la tomé del mentón y la besé, una sonrisa juguetona apareció en sus labios, lamió mi cue
su vagina, su espalda se arqueaba, se movía
des
eseó
embestidas eran fuertes, masajeaba sus senos y besaba su cuello de vez e
es repe
do mi pantalón-. He decidido