Una venganza fallida
ona mi atrevimiento no debí, pero es que la verdad me estás volviendo loco, con tu
e detengas - re
que corrí al ascensor y trate de despejar mi mente y olvidar tan asqueroso momento, en la sala principal del primer piso del edificio estaba la chica
provocando que se se exaltara, ella vo
e divertida. - ¿D
tú? Pareces muy joven no creo
los ojos en un gesto gracioso -pero n
espido - adiós Moana - me doy la media vuelta p
encojo de hombros. - Eso es un si... Hoy por la noche es el cumpleaños de una amiga, se
o último que quería era pasar la noche recor
no vistas tan formal - espeta arrugando su na
- respondo mientras m
ya mujeres y no esté l
de hielo bastante pesado, había aprendido a fingir, a ser pasiente y calculador, aprovecharía cada debilidad de la bruja y aún que al principio pensé
de mi alma murió, vivo por un solo objetivo y después de lograrlo no sé que es lo
_
mento de estrenar mi moto, conduje hasta el encuentro con Moana, al verla ni siquiera la reconocí, traía un vestido juvenil ajustado a su cuerpo, antes no había notado
ella al verme sonrío provocando que su rostro lucier
n chico malo - as
me ven así - ella se comenzó a reír. - tenemos que ir a mi casa, me te
mi cintura mientras recostó su mejilla sobre mi espalda, su cuerpo se sentía cálido, nunca había sen
dificio y entra
uendo perfecto lucieran tan bien ve
- respondo con el mismo tono burlesco, ella se comienza a reír
del dolor, ella borró su sonrisa y puso un gesto de preocupac
fin lo logramos, nuestra risas y mis gritos hacían eco por todo el ascensor hasta que esas risas cesaron, nos quedamos frente a frente uno del otro, sus ojos evellana daban paso aún color verdozo, sus labios buluminosos lucian tentadores, m
su rostro se quedó neutro sin ninguna reacción, pase mi lengua con saliva por mis labios resecos
ando pase a su lado mientras caminaba hac
antiago? - cuestionó Moana cer
e, por cierto me llamo Oliver Brown, 25 años, ingeniero en administración
ra de administración y eso por qué mi madre lo exige - dice mie
? - indagó ena
as observa todo a su alrededor, cómo si fuera
biar mi atuendo, ahora no elegí algo tan extremo, está vez decidí por un atuendo elegante y juvenil, no le llevo por mucho a Moana y con mi atuendo hasta parecemos