La Oraca y el sello del mundo.
o de llevarte, con quienes le has quitado la vida sin pensar que algún día pagarías. Cerdo podrido. Lo miro y le sonrió, él me devuelve esa misma
aría disfrutar la velada hoy,
son las mujeres, que me gustan! Si
s chicas ni siquiera vuelven a ver a su familia, luego de pasar una noche con uste
ino. Un maldito traidor. Está involucrado en la masacre de mi familia. Y este hoy pagará
emplarlo muerto joder, no obstante tengo que hacer que muera una muerte horrible. ¿Qué tan horrible debería de ser con él? Sost
la sangre correr por su pantalón. Sangre, el líquido que contemplo a menudo desde la masacre de mi familia. Él, un
or es tan diminuto como la humillación pública que
ierda! Me disparas
, y q
mierda! ¿Quién eres? ¿Quién
no sirve ahora! ¿Dime cómo darás p
minar de esto y ver a mi hermana, sentir su abrazo. Siento d
para eso ya estoy preparada. Intoxicación desd
zar las palabras correcta. Cuando debería de vengarme de una persona. Sin embargo, nunca espere
nemigo debería mencionarle. «Lo lamento, no es mi culpa, tú solo elegiste estar e
pensamiento quién soy. Y porque le expresé esas palabras. Piso, su pierna y observo como la sangre sale. Sonrió aún más al ver su cara con muecas de suplicaci
se las mencioné a la hija, de marco. Co
o! Hola, padrino como estás. ¿C
stedes est
a te está pidiendo retribución, por
ste, estabas muerta,
sión, ¿cierto padrino?! Ahora dime, por
a loca! ¿Por qu
oca, te hará pagar hoy por tu pecado!
¡Esa loca
sangre, de miles de personas en tus manos, pretende grita por la muerte. Es en ser
, no sabes cómo disf
la, y follártela en público. Humillándola.¿Qué tal si inicio, con es
malditos mafiosos la querían. Querían poseerla. Mataron a mi abuelo, porque no quería darla en matrimonio con Batazr. Él quería a mi madre, pero desgraciadamente mi madre, solo amo un hombre, mi padre. Marco Deltong. Todo lo llamaban el Rey. Si por na
uién soy y porque vine, es momento
, que si me matas, podrás salir
o Batazr, elige una mejor vida, en tu siguiente vida. Si no es la última que te queda. Le recargo e
én matarme, ¿Verdad?! Así mi madre te miro,
grimas que me guardaba. Mi madre
a, aun si mueres un millón de veces,
muero, otros to
na mierda! Tú debes morir
es, lo que le dije
una puta! Si lo fuera, estar
ar, cada lugar de su cuerpo. Con una apreciada bala. Hoy tr
ienes un último
nte. Me daba tanto placer ver como buscaba, como escapar. Pero su cuerpo no servía. Sus piernas no podían avanzar, aunque él lo quisiera. Contemplé como él
sobre su pierna. Escucho como grita.
es lárgate en paz, asegúrate de pedir Perdón cuando llegues a la puerta sea del infierno o del cielo. Dud
o una bla en su frente.
cuatro cumplidas. Salgo del lugar, prendo un cigarrillo, y camino de vuelta. En las calles, donde siempre