Dos mil voltios
joven y con muchísima esperanza en su matrimonio, se gastó todos sus ahorros en una modesta boda y una casita en los su
anto el capitán lo invitó a colaborar en la silla eléctrica, Haley se entusiasmó, fue bastante obediente y servicial. Esa primera ejecu
nuaron intentando procrear. No obstante, cada vez que Ginger se embarazaba, abortaba y los problemas dentro de la rela
se volvió pieza indispensable porque conocía todo el procedimiento de la silla eléctrica, estaba familiarizado con cada preso
bilizó, pero sus nervios e
do de California hablaba del crimen pasional de un travesti de veinte años que tiroteó a un médico cirujano, un cuarentón con excelente
ba a Ginger y le gustaban las mujeres, le atraían los varones también, pero en su juventud no conoció a ningún chico
se, «Te he decepcionado, me gustan las chicas». Haley ni nadie le hubiera creído si Diego era un travesti, por eso él no solía decirlo, era bastante triste s
s de seis meses poder confesársele a Diego y terminó
mo lo haría con un buenísimo amigo y le compartió la dicha de que Ginger
Haley dormitaba a su lado y no se dio cuenta de nada. Los doctores dijeron que fue muerte de cuna, pero Gin
ba a la pared y las rejas mientras se encorvaba, envuelto en pánico. Así fue hasta que Yato consiguió que conmutaran la pena de muerte de Diego y
se quedó solo cua
cas y casi convulsivas respiraciones de Haley la aventajaban, se sujetaba el pecho como si estuviera sufriendo un ataque cardíaco, se encorvaba en su lugar y le crujían los dientes; cuando le su
do; Haley se enderezó de golpe y se pegó a la pared, angustiado, con los ojos tan abiertos como eran
asillos, incluso Max bajó por la
-preguntó voz en
ontestó Freddy, acompañ
e las luc
n los latinos y encendieran las lámparas para revisar los tres pisos por los dos lados. Ya los prisioneros estaban despiertos, los guardias examinaban rápidamente y les ordenaban volver a sus camas. Freddy acudió primero a la celda d
. El reo que solicitó auxilio estaba de espaldas a la pared, sobre la cama, con las uñas clavadas en la sábana áspera, sus ojos casi fuera de las cuencas tir
la mano. El reo cayó por un lado cuan largo era, desprendió un fuerte olor a quemado, su ropa estaba cenicienta
°*
ta
rga, por lo regular, es de 2 mil voltios durante 8 segundos,
fue considerada una perturbación
interpretada por E