40 Días de Sexo - QUÉDATE EN CASA
noche, yo temb
dio un placer increíble, algo casi
ero decir, una vez, le di un pico a Melissa, una compañera
do que una tal Makare
or qué no? El maldito o maldita que me volviese a decir
de jean realmente corto, un top color rojo cereza sobre mis senos desn
pasa. -
lor de su aliento hizo que mis pezones despertarán aún más, su boca se posó sobre la mía y ahora el beso era más exigente. Sus manos amasaron mis senos y sabía donde tocarlos para darme placer, quise devolvérselo e hice lo mismo con los de ella, siendo valiente llevé mi boca a ellos y empecé a besarlos y succionarlos. Isa me instó a seguir, acostándose de espaldas sobre el colchón y dejándome a mí probar con su cuerpo.Pasé la lengua por su clavícula y de nuevo a sus senos, besé el canalillo que los separaba mientras con cada mano pellizcaba un pezón y ella tomaba mechones de mi cabello. De un momento a otro me apartó de ella y me miró sonriente aún con la respiración acelerada. - Eres toda una experta ya. Ahora me toca a mí.Me acosté copiando su posición anterior y ella me montó, besó mis labios son desesperó y bajó por mi cuello llenándolo de chupetones leves, llegó a mis senos y empezó a darles la atención que requerían, sin darme cuenta levanté mi pelvis y fue su invitación para abrir el botón de mis shorts y sacarlos de mis piernas. Miró famélica mi monte de venus cubierto únicamente por una pequeña panty fina de color blanco y llenó de besos mi abdomen, pasando su lengua por mi ombligo y causando una revolución en mi interior.Antes de que me diera cuenta, apartó de ladito mi ropa interior y llevó su nariz ahí, aspiró con fuerza y me retorcí admirando a esa hermosa mujer en esa posición. - Mmm... Que rica, ¿puedo probarte? - No esperó respuesta, su lengua caliente encontró mi clítoris y con su piercing en él fue cómo si mil estrellas hubiesen explotado.Nunca había gemido con tantas ganas, ni me había corrido tan rápido, nunca había estado con una mujer y ahora, Isabella, se volvía mi nunca favorito. - ¿Te gustó, nena? - Se saboreaba mis jugos en sus labios y empezó a besarme, dándome a probar mi propio sabor. Ella era deliciosa. - Me encantó. - ¿Quieres hacerlo tú ahora? - Sí, quiero.La ayudé a quitarse el jean y la chica no usaba ropa interior. Empecé a besar su boca y con mis dedos la toqué como me gustaba tocarme a mí misma, parecía gustarle ya que no tardó en cerrar los ojos y empezar a gemir. Me llené de valentía y llevé mis labios hasta esa vagina rosada y depilada,