La pequeña esposa traviesa del Ceo.
as manos, pero fue en vano, todos
e que fuera así. Por lo que tenía entendido, Maximiliano siempre estaba ocupado y su hija no era la c
se de labios inocente; pensó para sí misma con las manos todavía cubriéndole la boca, Tanying negó con la cabeza a la pregunta de su padre, y n
ntes en la sala, fuera evidente que ese par ya se conocían;
ximiliano mal interpretó el gesto de la chica, frunciendo el ceño, contestó de todos modos preguntándose internamente de dónde diablos le salía tanta valentía a aquella chica, que
ue en un estacionamiento, s
nto-explicó Tanying rápidamente, con el único propó
ente me la volví a to
d sus rasgos fáciles por las luces en el club - Aclaró interrumpiéndol
ante la cena, la mesa fue organizada de modo que ambos chicos quedaron uno frente al otro. Tanying trató de intercambiar el puesto con su madre cuando vio que estaría sentada frente a Maximiliano, pero le fue inútil, su madre le tiró una mirada reprendedora por lo que a regañadientes se sentó frente a
ying estaba a punto de decirle a Marc que tenía un proyecto importante que atender sobre l
rgo su padre
e se encontraba en su mano cayó en la mesa, ella desplazo la mirada hacia sus padres buscando una señal de lo que había escuchado era una simple broma o simplemente estaba escuchando cosas. Pero sus rostros estaban tan serios. F
situación con nerviosismo; -El matrimonio fue arreglado por los
hica, le pareció ridícula la actuación que estaba dando de hacer
c en estado de shoc
es una broma parale por favor papá
ningún tipo de broma Marc negó con su cabeza, este simple gesto d
viejos sin oficio- replicó negándose rotundamente sin saber que h
tió que cada día había menos respecto para las personas adultas. Maximiliano quién se había mantenido s
no Damon, reprendió a su hija; -Tanying Domale Dapane, cuida
rme? Si a él no le importó arruinarme la vida-
por primera vez; -Tanying - dijo el con una leve seriedad en su ton
de la situación que se estaba viviendo, su frustración aumento. Luego dijo; - Estamos en pleno siglo veintiuno soy libre de tomar mis propias decisiones, no pueden obligarm
adie e hizo oídos sordos a las réplicas y protestas de su padre quien le pedía que volviera a sentar