Soldado Caido
amos en la mesa redonda de su cocina. No tenía criada, ella también era
ís y por tí - Frena un segundo y suspira. - Ellos están necesitados de ya sabes... Sexo. Y tu serias carne fresca. - Niega con la cabeza. - Además te irías teniendo un futuro para cuando vuelvas, se que es difícil que alguien acepte estar contigo sabiendo que te irías, pero podem
an mucho más que lo que decía su boca, ella lo h
aquí y capaz el chico que tenias visto, ya cortejó y se comprometió con una mujer. Son dos
o de algún soldad
con dos! - A
un sorbo del agua y me levan
decides. - Me acompañó a la puerta y fui hasta
- Me saca la canasta de las man
ríe. Mi madre entra a la cocina y sus
é tardast
l Duque, madre. - Le doy la espalda
cortas. - No hagas nada extraño. - Me señala la habitación donde se encuentra él. - Debes recibir al invitado y aceptar su propues
el más pervertido que tenía y comenzó a leer el prólogo. Corrí y se lo saque rápidamente de sus manos riendo para luego tropezarme con mi hermoso vestido amarillo. ¡Idiota! Él muy rápido y astuto sostuvo mi cintura y me atrajo hacia su cuerpo, sus labios se encontraban muy cerca de los míos y podía sentir su aliento. Sus ojos miraban mi boca y volvían a los míos, cuando éramos niños nos habíamos dado un beso, pero era más un juego en aquella época. Si nos dabamos un beso ahor
el Duque se encontraba sorprendido, pero sabía que yo no aceptaría su propuesta tan fácilmente. - Su propuesta de bailar esta noche un
poema, se creía que había aceptado su propuesta de casamiento. Su respuesta f
ia? Pensé que había comprado un anillo para ella. - Mi c
escuchan. - Él me miró y sonrió, mi madre chusma creó una gran "o" con su boca, prác
mer usted? - Le
e desde aquí huelo lo que Marisa cocina,
re. Me paré y agarré el brazo de
, no creía lo que iba a proponerle, el correspondió mi beso y es dulce. Nos alejamos y lo acompañó a la puerta. Salgo con el cerrándola detrás de mí. - Antes de que te vay
lejar. - ¡Eleonora, hoy te enc
más rápido posible, nunca m