LA ASISTENTE DE PRESIDENCIA
ave piel, se permitió besarla y saborearla de la forma más perversa que había imaginado, su disposición lo alteraba y más al saber
más minutos y segundos del incomparable placer
no entendía las razones por las que don Maximiliano la apreciaba y la protegía, sentía que entre ellos pod
ella era como un ángel, su piel mostraba tersura y suavidad y qué decir de sus ojos que eran como dos luceros, brillantes y e
rla de verdad en mi cama, desnuda y lista para follarla hasta el cansancio
escaleras hacia el comedor para re
ues de tus achaques? Visitaste
padre, tenía un mal presentimiento con relación a su estado de s
un poco de fatiga, y le comenté del constante cansancio y dolor en el pecho. Me
ijo qu
a no alarmarme en el momento y est
ano, hijo, ¿De qué tan
e don Maximiliano hizo acto
preguntaba a mi padre si h
tus síntomas son necedades de vi
or- la verdad ya estoy viejo, y quiero es
a conversación sonó el móvil de Artur
con los mexicanos y no quiero que algo salga mal. Padre por favor
r de la eficiencia de Rebecca, e
ado, tiene todo prepa
re, nos vemos por la no
ate mucho -respon
que debo dejar listo antes de retirarme -respondió el mayo y se
s a dejar la presidencia? ¡E
alabras de su padre, deducía que por fin iba a ser e
uevo presidente. Estoy tan feliz de tu decisión. Ya era hora que te retiraras y nos dedicáramo
un mujeriego insensato y poner de su parte en ser responsable co
mostrado con los nuevos contratos y los indicadores de rentabilidad todo mi esfuerzo y dedicac
s logrado mucho y me has ayudado a sacarla adelante, pero porque he estado encima tuyo a cada rato. Por ti mismo no lo hubieras hecho. Ya la hubieras
mí a cada momento. Nunca dejaría caer la empresa y eso lo sabes -respondió-. Además, yo no soy culpable de ser
ta de los regalos caros y el despilfarro cada vez que te da la gana? -reclamó con enojo-. Ya no más
truco sucio tienes bajo la manga
isa socarrona y se dirigió a su despacho. -Ya lo
cto a la empresa, las palabras de su
°-°
aludó al conserje mient
señor ¿Qué t
ascensores donde ya el personal se está agrup
odos saludando con una leve sonr
s o de sus sueños, esa que ocupó su mente y no lo dejó dormir. La vio radiante, hermosa, con ese aire de ino
esa carita de mosca muerta
una esquina, como tenía por costumbre. Arturo subió inmediatamente colocándose al otro extremo sin deja
uedaron solos la acorraló una vez más entre las paredes metálicas y su cuerpo, colocando sus palmas a cada lado de el
pierna humedecerse, ese hombre la descontrolaba y la hacía sentir un fuego abrazador quemándole la piel, así como lo sintió casi tan real la noche anterior mi
probar, vio como ella se los humedeció con su rosada lengua. Esa
go, con solo imaginarla
le sucede! ¡
te lo aseguro -afirmó encimando más su cuer
del otro, la tensión sexual era tan palpable que solo faltaba