La última Luna
l
a con gracia. Lleva siempre u
Manada Lobo Veloz, desde que su padre, Michael, había decidido que era hora de dar un paso atrás. Aunque seguía ocupándose de muchas cosas por ella, ya no era el Alfa. Como Ellie era su única hija, había asumido ese papel de liderazgo, que normalmente correspondía a un macho. Sin embargo, Michael le había dicho hace mucho tiempo que sabía que ella podía manejarlo. Ellie era tan fn su forma de loba, respirando el aire refrescante del bosque, bebiendo el agua fresca del río y mirando el cielo azul. Cuando era más joven, antes de que su madre muriera, tenía todo el tiempo del mundo para juguetear en el bosque. Ahora tenía muchas más re
su oficina. Dirigidos por uno de sus más fieros combatientes de Omega, Rob, este grupo seguramente se pondría en forma en poco tiempo. En ese momento, pudo verlos
que estaba poniendo nerviosos a algunos de los alumnos más jóvenes, así que se aseguró de que su sonrisa fuera alentadora. Algunos de estos alumnos estaban a punto de terminar su entrenamiento inicial y pronto pasarían a entrenar en el gimnasio en grupos más pequeños. Otros acababa
detes. Le dio una palmadita en el hombro a Rob, con c
una sonrisa de orgullo. Ella le hizo un
e título. Quería ser la Luna, como su madre, que había sido tan dulce y amable con todos, pero el lado guerrero de Ellie no le permitía ser solo la Luna. Había llegado a un compromiso con su padre. Liderar la manada; ser llamada Luna. Aunque a algunos
tres rostros conocidos que salían del com
Causando problemas a es
trenamiento, lo que les daba más libertad para andar por ahí y causar problemas, pero siempre en el buen sentido. Los tres chicos eran básicamente inseparables y Ellie los
bosque -dijo Hans con una sonri
ertido-. Pero no puedo. He quedado de juntarme con mi padre
hundida mostraba que lo decía e
dió ella, alborotando su cabello oscuro-.
ta -dijo Cane, con un brillo en sus ojos azules qu
le que
privado donde pasaba una hora cada mañana entrenando con su padre. No había nadi
ueña habitación que había junto a su despacho. No era glamorosa, pero tenía todo lo que ell
nto. Entrecerró los ojos y se puso los guantes de boxeo. Su padre se colocó detrás de los sacos de boxeo y Ellie comenzó
archaba la manada. Pasaban el tiempo en el gimnasio hablando de la política de la manada, de las manadas vecinas y de cualquier otra preocupación. Ellie casi siempre iba de
quería hablar de negocios. Q
e, estaba pe
ó ella-. Cono
fingiendo ser inocente-. N
ó con la
o que ya era hora de que empezara a buscar a mi pare
ue también lo es? La mayoría de la gente encuentra a su pa
al, sacudiendo a su padre por su comentario. Ella sabía que é
mos de esto aho
ndo? Yo tampoco me es
También tenía más arrugas que la última vez que ella se había parado a mirar. Él tenía razón. Ella sabía que él no q
sabía que él que
ebrar un Baile de la Diosa Luna? -preguntó, lucha
encontrar a tu pareja p
n todas esas cosas,
igiera al amor de su vida por ella fuera un buen plan, no cuando ella estaba a
¿Casarte con algún guerrero
e había elegido sus palabras y go
en los ojos y sin sentido común en el cerebro. Creo que un baile es una
e justo -dijo-. Pero... au
r en otra cosa -afirmó El
u padre comenzó a reírse,
chando por recuperar el aliento mientras
e? Bien. Tengo otra
, pero no estaba segura d
l le s
to