La última Luna
l
que simplemente no había espacio. En otras palabras, una idea realmente mala, de la que debería huir. Pero no
sobre fondo blanco hasta las ridículas palabras que su padre había utilizado y que la hacían parecer un premio en una justa medieval, la invitación no le gustó
ndo su sonrisa-. Se ve muy bien, ¿no es así? Los chicos de
enta, todos ellos de la edad de su
amente... lla
es de asistencia en un par de días, en cuanto se entreguen estos bebés. Y entonces, una vez que
rsación. Viendo que no le serviría de nada preguntarle -una vez más- si estaba seguro de esto, si realmente quería organizar el torneo, si
n ella para poder imprimir las etiquetas y enviar las invitaciones por correo-. Estoy seguro d
sma, pero no se atrevió a decir nada en vo
o rápido por el pueblo y ve
tras se esforzaba por averiguar cómo imprimir etiquetas. Ellie le había enseñad
is, solo a un par, y eso había sido hace años, antes de que alguno de ellos tomara el mando. La mayoría de las veces, si tenían asuntos que tratar, lo hacían por teléfono o por correo electrónico. De vez e
ando oyó tres voces familiare
, oigan
rcidas en sus rostros mientras se reían de las primeras líneas de la invitación de su pad
-dijo-. ¿Dónde han vis
infame? -preguntó S
Mi padre trabaja allí, ¿
haberlo pensado antes para po
ro papá está contento con ella, así qu
Ellie -dijo Cane, dándole u
voz baja-. ¡Solo quier
alegría-. Deberías saber que, gane quien gane este torneo, si no
a -asint
e sea un tipo fi
s hermanos dispuestos a dar la cara por ella era conmovedora y dulce, sobre todo ahora que eran básicamente lo s
osadas por la admiración-. Pero no se preocupen.
o el plan de su padre, siempre y cuando el tipo que ganara fuera un Alfa admirable, pero si un asqueroso ganaba el torneo, no le import
deseó Hans, hablando en nombre de to
clinándose y les dio a los tres un a
a funcionar. En esta situación, su padre estaba tratando de for