Secretos de Estado El Misterio de Tovar
ja que llevaba en su espalda había molestado a personas muy poderosas por muchos siglos y ahora estaban más cerca que nunca, si caí
o crepitaba suavemente, la luz de la llama solo podía hacer aún más sombrío y trascendental aquel momento, proyectando enormes sombras
era posible sentir la frialdad de su mirada, en sus espaldas el metal plateado de aquellas armas brillaban aun con la tenue luz de la luna menguante, en su cañón y en
sostenía en una mano la antorcha y en la otra una pistola de percusión,
lo – sus rostros encapuchados se veían mucho más
ombre de la antorcha- moriría
aballo- y nadie recordara jamás tu nombre. El olvido es
o – dijo el hombre de la antorcha mient
jo la figura a caballo al tiemp
decir el hombre con la antorcha antes de ver el destel
spués... o