Deseos de mi mafioso
siempre se preocupa
recía saber que me har
a mujer adecuada par
r que ese seria el a
de mis dias, al final e
que me he vuelto despué
eocupada por t
neces
í!' exclamó, levantá
un maldito bloque
o hay nada de
ienna quiere a
no p
a!" No dejes que
ue el tiempo de
toy de
ue quería decir, pero eso
ba dispuest
ce, escondiste un
ra mu
ella," corté bruscame
ra que la fur
manos en señal de rendi
rémonos en el trabajo, te
ma recientemente, Sien
lema familiar que tensó
na de las familia
lo que quie
ra conversación de ho
usta esa
a sonrisa torcida, l
lando de a
s durant
amos a revisar lo
que inició Michela, hemo
cho, traidores una ho
ión de fondos en los negocios,
acemos la mayor
taciones de cocaína era n
de píldoras gemelas, los
nos dio más traba
ía todo bajo control, pe
ien por ciento excitada,
an puesto. Pasé la mayo
de, en ese entonces
aba en el lugar equivo
mo subjefe no estaba
taban dedicados a solo
a, na
pido, estaba dese
egurarme de que estaba bien
da, ansiosa, y con el co
o si ninguna fuera sufi
i
a poner los pies dentro de la
ridente hizo eco en tod
l nudo en la garganta me di
ras, mi mente imaginando
la acunó tratando d
la? rugí, atravesando
. "Está bien, princ
señor, ella solo
tu mald
ro y
e dormir to
ó una siesta,
rla", le dije, sin p
s - Es como to
voia, pero sé cómo
no dejaría que m
é, es natu
de controlarme, tenía
mas, rabia acumulada,
pérdida
tienes que volver. Ma
cue
ice nada
ras. Mi voz salió b
berla hecho darse cuenta de qu
una
s de asegurarse de que
n la casa de Alessandro,
í. Miré a mi hija y
ba con ella me sentia
que tenía que hacer era
lm
dos ahora, princesa
nce
bía acostumbrado a la
so nervioso, sentí duda
o en que me interrogarían
e Ginevra, por qué n
el único que tuvo el cor
evasivas no fue
dedor me miraba co
o que no estaban segur
seguré de que todos los doc
areció sin dejar rastro, s
enna ha ido a aco
la, entregánd
está impregnad
re, Francesco, pe
o que estoy trat
pero cada niñera que
de u
o. Miré el relo
llegará tarde, Antone
rr
mportante que deci
ne más de un número de
e encogió de hombros
oso - Vamos
ación antes de que Sien
que espere
gran Alessandro Savoi
én ha cambiado mucho",
ta pasand
e dij
ices por qué le ocu
solo supimos cuánd
no i
ia? Sacudió la cabeza
riesgó su vida y su h
¿Actúas c
e diga", murmuré, sintiendo
n mi ga
do el mundo pien
Sa