Mis hermosos cuarenta
rn
trabajo apestaba. Estoy a punto de renunciar y no es muc
cina de mi esposo, llamándolo pa
s ese puto teléfono?" - Me que
taba haciendo que no podía atender una maldi
lso y miré mi reloj y me asombré de la demora de
colgar doy un suspiro de frustración al ver que no era mi esposo sino un
¿qué pasa?"
ar tu auto. - Pre
llegado a casa todavía!"
hí, cerca? – me preg
piro y continúo,
scucho la voz de mi otra hija y estoy por preguntar que pasa, cuando continúa: - Mamá y
de llamarlo?" – pre
i siquiera lo sabía. Kathy dice y escuch
! - dice Kam
hablar con tu padre? - Pregunto con curiosidad, tra
s ir al centro comercial. - Ella me habla y sigue diciendo, - Y me preocupé cuando él no respondió. -
ez que esto sucede! Respiro hondo y sigo
o, o mejor dicho, estamos
preocupen estoy aquí frente a la oficina de su
mándale un beso!"
n, eh. "Ojalá supiera que dos adolescentes
o vamos a pelear! "Ella b
quiero en este mundo. Gracias a Dios estamos bien conectados
s casarnos y eso fue maravilloso. Nuestras familias se conocían y estaban tan feli
aludando a todos los que veo. No había estado aquí por mucho t
ue es raro y miro de nuevo el reloj y me doy cuenta
ían los sonidos y me encuentro cara a cara con una puerta inclin
nto y me decía "¿Crees en la his
í terminó por hacerme sentir tan orgullosa
er ninguna llamada, estaba demasiado ocupado follándose a su nueva secretaria. Porque la vieja se
ente me congelé que cuando me desperté del susto
e le quita a la mujer y yo me quedo allí mirándol
das de tu familia. ¿Estabas demasiado ocupado con la pira
o que estás pensand
iro al vagabundo y le digo irónicame
ite lo mismo que dijo mi marido, o más bien mi ex. Porqu
cuánto hace que me engañas, Otávio? -
última vez!" Dice como si
ad, la confianza que le tenía
erdad, tienes que confiar e
o y miro a su amante y le digo: - ¡Me gustaría estar a solas
itando y se vino rápido con ganas de toca
de encima!" - preg
me, te amo
mas como dijiste, no me habr
casi veinte años, ¡sucedió!" "
amos casados casi veinte años ya
ndo de decir? Dice
entendiste lo que dije!
Fe te necesito! Di
cuando estaba allí follando en tu silla c
elve a defender y yo miro hacia arrib
ecir, ¡quiero el divorcio! - Otáv
protesta y coloca sus asquerosas manos
- Digo con firmeza y sigo diciendo:
timarte!" - Me dice quitá
cio! - vuelvo a preguntar