Las Flores que me diste
a su copa y su mirada se prendió al verme. Me acerque sin pena alguna a él. Sus manos invadieron mi espacio personal. Su aliento era alcohólico y su boca era algo que no me hacía sentir nada.
n mucho deseo. ¡Empezaba la noche! ¿Qué podía
izo sentir desdichada. ¡Su ser estaba terminando d
encendedor. Él comenzaba a vestirse. ¡Era el momento! Corrí la cortina y empecé a caminar. Le prendí fuego a la copa y sin miedo alguno la rompí contra el suelo, comencé a regar el alcohol por toda una cabina, el sonido de la música oculto los rastros de mi plan. Una cortina comenzó a inc
odos estaban saliendo. Sin dudarlo, corrí hacia él y le besé en la mejilla. Apreté su cuerpo contra el mío en un cá
final de esta noche! -Le di
espondía y ambos habíamos hablado de buscar nuestra libertad. ¿Este era el momento para intentar encontrarla? ¡Los dos
alcanza
los di. Yo sabía que el
s, me los das. ¡Espe
ción, no me lo podía creer. Comencé a correr. Afuera había muchas personas que miraban como el lugar era consumido por el humo y las llamas. Las sirenas de los bomberos se escuchaban cerca, los vecinos estaban afuera de sus casas y de pronto los hombres del burdel empezaron a ca
tamente contra mí. Sentí un dolor en la pierna derecha. Recibí el impacto ahí y mis nervios aumentaron. Él custodio venía cerca. Me incorporé rápidamente, vi como el ch
ien? -me p
o? Por favor ¡Ayúdame
omenzó a abrazarme fuertemente. ¿Me ayudaría? ¿Se iría por miedo? Finalmente él quitó el seguro de la puerta y yo abrí si
era! -l
tí el corazón latir a mil por hora
lido de mi cárcel. Recuerdo que cuando me trajeron aquí, traía la cabez
volante. Él parecía no creer lo que había pasado. De vez en cuando yo sentía que él me
le pregunté después de un
ión y nos habíamos adentrado en una carret
que no se! Yo so
o me golpee en la pierna, fue un leve dolor, pero
en ese poblado. Par
ercatado de
ontigo. ¿Podrías dejarme en algún l
nos segundos. Mi pregu
tu fa
ngo fa
r eso
onces, ¿podrías bajarme en la próxima gasolinera, o el p
lar en la oscuridad. S
Está
é pasaría conmigo? Había tantas cosas que no lograba aclarar, pero, en ese momento no necesitaba aclarar nada. ¡Había logrado escapar! Después de u
quieres que
uesto de comida rápida que estaba cerrado. Parecía una buena
ecesitaba era salir de ese lu
to curioso. Ar
lugar era?
o creo que ese pésimo lug
tie
ten
que tú puedas entender. ¡Soy una prostitut
i carácter era muy duro, pero es que, mis circuns
no qu
gracias. No tengo dinero para pagarte el viaje. ¡Creo que estaré en deuda contigo! En verdad, si tú no hub
seguridad, abrí la puert
o que tienes un buen corazón porque no me negaste tu ayuda
ento de la madrugada con demasiada intensidad. ¿Y ahora? Comencé a caminar pensado en las posibilidades de mi futuro. ¿Dónde pasaría la noche? ¿Qué sería de mí? Es obvio que cuando una persona qui
ra! -gr
eta y caminaba en mi dirección. Pude notar que su estatura era consi
algo? -l
sta al instante, s
uedo ay
sorprendieron. ¿
yudado bastante, no te
zá escapaste de aquel lugar, pero. ¿Y qué será d
pensamientos. ¿A dónde ir? ¿
es ser un buen muchacho y yo. ¿Qué te pued
enta no era de un hombre ordinar
e lastimare! Y además creo que no hay diferencia entre tú y yo. Al
cias!
or! Quiero
o, mi cabello se había alborotado por el vi
-extendí mi
Karol! Mi no
*
s y a nosotros como sus hijos, siempre nos trataba como basura. El alcohol era su perdición y el vicio que tal vez nunca podrá vencer. Todas las noches yo iba a la cama de mi hermano menor, me recostaba junto a él y ponía mis mano
os mi hermanito y yo. Aprendí a leer porque una vecina mía, una niña llamada Julia me enseñó cosas que regularmente se aprenden en la escuela. Julia era mi única amiga/vecina/compañía y ella conocía mi sufrimiento. Papá e
o a su ú