Llamando al destino
mi culpa, debà haber notado todas las señales cuando estaban presentes, pero no, me cegó
o và más que amistad. Confiaba completamente en ella, porque de eso se trata el amor ¿no?
amente manchadas de Shampoo, acondicionador y polvo azul de una de sus sombras para ojos. Esas sábanas definitivamente tendrán que irse a la basura porque no podré arreg
eva, unas sábanas nuevas, una ca
qué Bea! ― Grito de nuevo y ahora soy yo el que comienza a derramar las lágrimas sin poder evitarlo. Yo sólo querÃa una relación normal y pensé que lo habÃa
razón años atrás cuando regresé a la casa de campo de mis padres. Las cosas se habÃan dado también, tan natural, que ahora veo eso como una señal de alarma ¿Me habrá seducido a propósito? Supo desde el p
odo el amor me volvió a dar una mala jugada. No quiero hacer nada, sólo quiero dormir y
spués caminando descalzo por todo mi piso y comiendo una que otra chucherÃa que es evidente está fuera de mi dieta. Ni
mado al móvil, que ahora está apagado, para echarme en cara que tendrá que regresar los regalos de boda y pagar algunas multas por cancelación, quiero sup
habÃa sentido asÃ. Afortunadamente aún no he caÃdo en el alcohol y sé que me he resistido a abrir las botellas de vino que tengo en la
ta dos veces, puedo asegurar que si salgo a la calle olerÃa a rayos y ninguna mujer se acercarÃa a mÃ. Me he descuidado y no me im
quedo en Madrid, lo abro y tomo una cuchara ― Vamos nene, serás mi única compañÃa en la cama hoy ― dig
sla, en medio de la cocina, camino a la puerta, me asomo por la
el y me enseña una bolsa
no estoy en casa porque él me conoce a la perfección ― ¡Ve
u baño hay algo que se llama ducha ― dice bromeando ― y en el baño tie
e digo sin ganas y él ent
vacÃos, donde tenÃa varias figurillas que Bea rompió a
que mi helado se derrite ― y me siento en la sala de
o ― y el ruido cesa en la cocina. Después él se acerca con dos c
smo. Venga, no vine desde lejos pa
ndo por mi garganta me aliviana en todos los sentidos. El calor empieza a formar
lo hemos hecho ― Me dice mientras se lleva una frit
que tu esposa no te engañe? ― le pregunto y
Mira, no quiero hablar mal de ella pero la fra
necesito que le eche
que decir, ahora mi alma
de frituras, doy otro sorbo a mi cerveza y vuelvo a sentir esa sensación de ali
salir, despejarte, conoc
soy un caos? ― pregunto enojado ― Además, no quiero salir
eso de que regrese ―
e, pero quiero que no vuelva, sé que m
su cerveza y la choca ligeramente con la mÃa, el ruido que hace me prov
― contesto
y esas ansias que tienes sin ningún compromiso. Sin ataduras, sin ni siquiera tenerla
la propuesta de Manuel no es una que me esperaba ― ¿Quie
ostituta, u
cara de incredibilidad q
a, discreta, limpia, guapa, educada y sobre todo puede pasar por tod
o haz h
ces, paré cuando encontré a mi mujer, p
o hace Manuel ― res
i siquiera tu Bea sabe. Les pagas la cantidad que te piden, son tuyas por el tiempo que pagues y después se van, no las vuelves a
Ãas y él me ve extrañado ― ¿sabes qué pasará si la gente se ente
h? Recuerdas a Juan, el chico que t
― res
es para tapar su homosexualidad, funciona como guante cada vez
cia la cocina. Manuel me sigue y s
e cerveza ― Este es el número, marcas, no tienes que dar tu nombre, pides el número de chicas que desees, das la dirección donde quieres que vaya y lleg
ontrar mi propia manera de superarlo ― y tiro la botella a bote de bas
go, te juro que te vas a divertir, y luego me lo agradecerás. No vayas a perder el número porq
o bromeando ― Cu
o sólo algunos afortunados merecen saberlo, y tú queri
que el helado se me derrite ― y
bre la mesa me rÃo ― ¡Qué tonto eres Manuel! ― digo entre pequeñas r