Llamando al destino
o recorren todo, su maquilla es muy sencillo pero impecable, viste un pantalón de vestir negro, una blaiser amarrado con un botón que
voz más sensual que he
, estoy tan sorprendido que
iremos a otro l
pasa ― respon
e pensé completamente perdido. Se ve tan hermosa y tan sensual que me arrepiento de no haberme vestido mejor para recibirla. Ella deja
era vez? ―
contesto pero en realidad no sé lo que
servicio? ― aclara y yo me siento co
en eso
pués toma una pluma y mueve el dedo en señal de que vaya hacia ella. L
ento y si estás de acuerdo lo firmas ― mientras
o y ella comienza a
coge la que te plazca y haces la tr
ro me llama más la atención ver qué hace, qué observa y no puedo dejar de preguntarme ¿para qué lo hace? Firmo y en el mo
al y puedes pedir una copia mañana marcando a este número ― y me da una tarjeta con otro número
llamas? ―
me llame? ― me respo
erdad no sé porque dij
plicaron pero puedo ser lo que quieras, sólo debes segui
tarifa indicad
hasta el sofá de la sala, después me sienta y ella lo hace al
pasa por mi mente y no lo voy a negar, al fin y al cabo está de
amor a Bea ― conte
mo los latidos de mi cuerpo comienza a acelerarse y no sé si es ella o la adrenalina del momento
después toco su rostro que es tan terso que parece que su piel es de terciopelo ― Eres tan bonita
o y no me pone lÃmites. Mi lengua busca la suya y libremente ella juega, me disfruta, me incita y caigo en este tipo de encantamiento que me hace sentir en otro mun
gando las luces del piso hasta quedar completamente a obscuras. Al entrar a la habitación, cierro la puerta y ella camina
. Veo como se desliza sobre sus brazos y su espalda y cae al piso. Después comienza a de
ente a mà y vuelvo a besarla en los labios de la manera más sensual posible para morderle el labio inferior ― Ahora desnúdame ― le pido y ella lleva sus brazos hacia la camisa que llev
is brazos y dejándola caer al piso. De la misma manera como subió, ahora baja hasta mi cintura y abre el botón de mi pantalón. Su mirada intensa penetra mis
pregunto en voz baja y ella me voltea a ver d
ncima de ella. La admiro, ella se muerde los labios y yo comienzo a besar sus pechos hábilmente, la reacción de su piel es inmediata y comienza a mover sus caderas de una manera tan s
timidad que me despierta los pensamientos más pervertidos que he tenido en mi vida. Me muevo de nuevo hacia su rostro y pongo mi boca c
n fuerza. Beso cerca de su intimidad y luego mi lengua comienza a jugar con ella hasta que su piernas comienza a separarse para darme m
un lugar que un gemido más grande provoca que ella se venga en mi boca y gima fuerte apagando el silencio de mi habitac
importa si debo pagar el doble. Me quito el bóxer ― En el bolsillo del pantalón ― me indica y me bajo de la cama para tomar el pantal
sus codos y sus ojos no se pierden ningún detalle, puede ver como coloco en la punta de mi hombrÃa el preservativo y luego lo deslizo lentamente por mi erección cubriéndolo por comp
gar para entrar en ella ― Quiero que me sientas ― le murmuro y hago mis caderas un poco para adelante y en segundos siento un increÃble placer. Ella gime y cierra los ojos disfrutándolo. Comienzo a mover mis caderas lentamente, sintiéndola, sintiéndome, mi piel está completamente eriz
― resp
mientos de mis caderas son más intensos y
― Candela ― murmura ― Me llamo Candela ― y yo me derrito de nuevo en sus labios, para después separarme ― Esta noche
ner freno. La escucho excitada y me encanta, le pido que se voltee y recargue sus manos sobre el colchón y suba su cadera y espalda baja, la posición me provoca más. Entro de nuevo en ella y a
hace sentir el hombre más viril del mundo. Los gemidos de ambos aumentan y yo sólo quiero venirme en ella y caer rendido en su cuerpo. El movimiento es constante, mis caderas y las suyas se siente calientes, mi cuerpo está que arde y los músculos de mis brazos están increÃblemente tensos exponiendo mis venas. Me aferro a sus caderas p
ipio debido a mi indecisión y a mi timidez. Me recuesto al lado de ella y se voltea, me mira a los ojos, estamos los dos desnudos en medio de esa tenue habitación y ella me mira c
certado ― y comienzo a acariciar su rostro c
n su voz sensual ― G
r es mÃo ―
veces que me sean posibles, pero ahora, sólo quiero estar asà con ella, viéndola y repartiendo caricias por su cuerpo, supongo que son las sobras del amor que sentà por Bea y que ahora quiero da