Las conquistas de Jacqueline
a durado mi relación con Juan no he salido a bailar con mis amiga
ro me duele mucho la ruptura. Le quiero demasiado -explico-. Es por est
mejor terapia del mundo -ríe
ra no correr el riesgo de enamorarme: "No más de una vez con cada ch
a enamorar. Yo he practicado sexo miles de veces y n
o entiende por qué motivo otras personas sí lo hacen, pues ella aún no se ha enam
asta la hora de la cena, mom
-. Por fin nos llevamos a J
lo mejor es que ha
te abrazo. Pronto parece como si nunca hubieramos dejado de vernos, como si hubiesemos seguido viéndono
ntras cenamos, le cuento a Mónica todo lo sucedido desde el inicio
*
a la ciudad. El neón de la puerta anuncia ''Emociones'', un muy buen presagio para lo que planeo vivir
de arriba hay otra pista de baile, aunque bastante más pequeña que la principal; en la planta de abajo están el almacén, los baños, otra
lanta inferior sólo se pone en marcha cuando hay mucha gente. Hoy hay b
unta Elena- ¿o ahora b
digo sonriendo-. Las cosas bue
una de ellas ahora mismo no está ocupada, Elena ha preferido hacer cola para que le atienda el bombón del camarero. Vuelv
el tiempo ¿eh?
mbón? -pregunta Elena
acer hoy? ¿ponerte a bailar inmediatamente? ¿o lo
res a Juan: mirar a todos los tíos buenos que haya desde
a mano en tu hombro-. Tienes que hace
nte lo que hacíamos en los tiempos anterio
ción? -preg
riación Jackie?
los labios para indicar
mpleta de toda la pista de baile y la barra, así como de la puerta de entrada y de las escaleras que bajan al piso
l tipo de amarillo que está
Y mirad el de la esquina, el de l
ne ese tipo, -digo- el qu
. Se me cae la baba con el qu
ila ahí sin ninguna mujer cerca. E
simo -coinc
ito... -susp
e copa de un trago, le entrego el vaso a Elena, me pongo en pie y me quito
exclama Mónica
das... -di
me dirijo hacia el tío cañ
aunque la copa de bebida alcohólica que me acabo de beber es una ay
o me ha dado la libertad.
que otras personas opinen de mí. A partir de hoy voy a hacer únicamente lo que
d de placer que mi cuerpo sea capaz de aguantar, y no me voy a sentir nunca más culpable
a lo que estaba predestinada para que aprendiese una lección, p
a, para cambiar la forma en la que entiendo mi sexualidad, para aprender a conocerme a mí
no quiero sentir con el corazón, s
á El Tío Cañón le pong
-dice él s