El arte de fingir
ón con su amigo, incluso la confusión de la situación y aspiró hondo cerca
or lo que casi había pasado y eso, paradójicamente estaba bastante mal. Se suponía que me afec
ede pasar. Está todo bien -mentí vilmente. Entre amigos aquellos no debía
comprobar que no me daría una arritmia, o directamente un paro cardíaco. Era médico. Un jod
oda conmigo Rynha, sabes que te ador
es fueron mordidos por sus dientes y madre mía, no podía
r una descontrolada situación y su manera potente de abrazarme a su cuerpo, con una fuerza que me había descolocado, sobre to
imaginad
éndose incómodo. Tenía una erección y ambos lo sabíamos -¿te parece que sigo siendo guapa ? -alzó la vista a mis ojos y la nuez en su c
a respuesta carnal masculina y estaba buscando la manera de rechazar mi pre
sentía en trance -si tuviera la oportunidad de hacerte mía,si tuviera ese derecho preciosa, si tan solo pudiera... pasaría toda la vida haciéndote el
nuca mojada para detrás de un largo suspiro salir del cuarto de baño y dejarme sola,