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Buscando una respuesta

Capítulo 9 Una locura a la que llamaremos amor

Palabras:1223    |    Actualizado en: 22/04/2022

a

no, esto lo habíamos hecho juntos, nos conocemos, claro que ya no del todo, pues estamos bastantes creciditos, pero el caso es que por eso mismo, somos adultos, debemos ver las cosas como adultos, y ella con solo el hecho de huir me demuestra que no

.

ues mi prioridad era encontrar a esta mujer alocada que quiere escapar de mí. Así que ahora tendré que comprar ropa en este lugar, pe

a donde fuimos, pues he sido de los que viaja constantemente, así qu

dirección de tu h

dijeron que está a 5

ra darle con precisión la dirección al taxista, pues con

bien

nes ha

go mucho frio, creo que el abrigo

queda cerca? compramos unos abrigos, pues

ena idea – dijo c

me vio en el avión, pero aún no habíamos hablado y de ser el

aciarnos, en mi caso no mucho, pues a pesar de ser hombre, no soy de los que come en exceso, pero en el caso de Tan

io llegar pronto a un lugar de hospedaje, pues allí había calefacción y sabíamos qu

día, Tania pregunto por su reservación, y le dijeron que nunca les llego la confirmación, así que asumieron que no la necesitaba, en ese momento, empezó a echar chisp

ntre ella y yo, fui víctima de su mirada de furia, pero luego se dio cuenta que toda esta situación únicamente era su culpa, pues si no se hu

la jovencita, y fuimos al ascenso

saque el carácter de la madr

edan hacerle lo que sea y no se defie

ue eres muy corajienta,

muchos años de mi vida, como para saber porque soy así, y ahora

evemos la fiesta en paz, además no c

rdo, así que mejor te re

dentro de mí, era como si toda la felicidad en ese momento vi

, era matrimonial, quizá es un mensaje subliminal el que la vida me está dando, y aquí en esta hermos

n beso muy intenso, lleno de pasión, nuestras lenguas estaban en una danza, parecía que se conocían de toda la vida

a sus pechos, que estaban más grandes que la vez que estuvimos juntos, debe ser por el embarazo, fui haciéndome un camino de besos en su cuerpo, mi siguiente parado fue su ombligo, luego su vientre abultado, lo besé tiernamente porque es donde yace creciendo mi hijo, y le susurre bajito <

licio placer que estaba sintiendo, minutos después llegamos al, clímax juntos, fue algo increíble. Pero no fue la única

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