Hasta que vuelvas a mi
aquella zorra que creía haber logrado grandes hazañas solo po
las manos temblándome un poco por la ira y la poca
cont
o la que estaba faltando a su marido o a nuestro matrimonio, incluso a nuestra familia, estaba con ella porque él era un sin vergüenza que se cansó de mi desde el
o esto en u
por donde se viera, Gabriel me ha
el momento, sin miedos, necesitaba ser valiente y aferrarme a todo este enojo
que h
bre de perra tenía, sin saber que estaba plantado o a lo mejor ya lo sabía. Quizás ella le
laro para mi y era como si lo vier
presa, en el coche me
el rostro enrojecido y una expresión que no era muy buena. ¿Qué pensarían allí? Quedaría mal, no solo como la esposa que desatiende a su ma
este parecí
do mío, lo miré de lado y su mirada chocó
ilidad del coch
para quedar con ella, como todo un hombre infiel que visitaba a su amante. Dejó su mano derecha sobre mi cintura
sto es muy extraño, verte por aquí. Vi qu
aire, evidentemente no era mío. Acaricié mis dedos de mi mano derecha, era con lo que le iba a pegar la c
ue cuando golpeé a la tipeja, puesto que este era mi marido, el hombre que me reci
ñear, sus enormes ojos azules me miraban sin moverse n
nera sonora y la sonri
ra de
. Sí, parece conocer todos tus pasos o los míos, porque no es mas que una maldita loca, pero lo que no se esperaba era encontrarse c
lo que yo le decía, lo veía en sus ojos, simplement
ablarle de mi como si yo fuera un ogro contigo. Pero mas que eso, ¿sabes lo que me está quemando el alma, Gabriel?-esto me dejaba destrozada, porque fue un muy mal momento para mi, como madre, como esposa, como mujer. Mi segundo embarazo, mi segundo parto, fue algo que casi acaba con mi estabilidad emocional.-Con el embarazo de Aura sabes como me vi, creo que mas que nadie tú lo sabes. Aquella cesárea fue fatal para mi, eres consciente de todo el dolor que viví, no podía ni tener a mi hija recién nacida en brazos, durante semanas no era capaz ni de levantarme de la cama sola a ir al baño
creer todo lo que te diga Lissy, Meg. N
compartiendo cada momento importante con ella y haciéndola parte de ti. Síguele comprando cosas caras y presentando su delgada cintura ante todos, junto con su rostro sin arrugas, ya que no tiene que madrugar ni atender niños, eso se lo dejas a tu esposa. Aquí termina. Eso s
rte. Si lo hablamos po
as cosas? Ya todo terminó, tú le pusiste fin a esto, Gabriel. Yo no quiero dar vuelta atrás, n
mo, M
ha sido por amor que te has quedado conmigo, ni siquiera por costumbre o por los niños. No sé porqué ha sido.-abrí la puerta del coche, aceptando que nuestro matrimonio fue un fracaso, me di la vuelta y dejé el anillo en su mano.-Esto ya no tiene ningún valor ni
iero divorciar de ti. ¿Qué haría sin ti? Te aseguro que te a
matrimonio es de dos y yo ya decidí que no quiero estar casada contigo. Mañana mismo me busco un abogado. Estaré en casa de mis padres-pero eso él ya lo sabía, no tenía otro lugar al cual ir-
riel junto a la ventana, sus manos tocaban el cristal. Sí, él e
, mi primer y único amor, todo lo que conocía en la intimidad, los únicos labios que mi boca habían besado, el
dita cos
pero la desilusión es un golpe fuerte y ese dolor te hace ser consciente, te abre los ojos y t
l, pero mas