Pecados en el Paraíso
cho año
bailaba al ritmo contagioso de la música, dejando que la bebida me hiciera sentir más zen. Con cada sorbo, m
n, sin apartar la mirada. A pesar de que estaba oscuro y solo los destellos de
n escalón. Y él arriba, cerca de la barra. Era alto...
, y era imposible no tropezarse con alguien de vez en cuando. Pero ese fue un abrazo no deseado. ¿O sería querido
Yo pr
le gustaba verme
os de sus inse
ques así... - Pregunt
o puedo resisti
ás comenzaron a bailar con nosotros. Miré a Alissa y Valkyrie, quienes comenz
? – preguntó Da
conocido y ya no esta
ete ahor
a en paz. Podría decir "no" mil veces. Aún así no se dio por vencido. Ni siquiera sé por qué no estaba con él en realidad. Por supuesto que no era una belleza de hombre... Pero tampoco era bu
j y ya era m
amos aprovechar. Encuentra a al
que entrar lo hacía hasta la medianoche. Y solo me di la oportunidad de conocer
aire. Allí estaba permitido fumar. Así que además de la música que entraba en su mente y casi le explotaba la cabeza, olía a cigarrillos mezclados con marihuana. Pasar la noche allí era l
nciones y ya tenía unos niños apoyándonos. ¿Mencioné que además
bajar? -
in siquiera mirarme, ya deslumbrada
ir al baño
aquí arriba. V
sotros hasta que fuera hora de irnos. Conocía a mis amigos c
ina durante la noche en Manhattan... o en cualquier otro lugar. Simplemente estaba obsesionada con Adriano, un chico que apenas conocía pero que ocasionalmente aparecía en Manhattan. Y Val nunca fue alguien que se dejara llevar por el momento. Estaba muy concen
Afortunadamente Giovane se había ido y luego quedaba una pareja y
eber? - in
si es
y apenas sabía mi nombre al final de la noche, ya que estaba extremadamente débil con el alcohol. Entonces
omados de la mano con el hasta ahora desconocido
colás. – int
" dijo s
ncluso me dio cierta cali
su hombro. Golpeé tu pecho. Creo que medía entre 30 y 40 centímetros más que yo. Así que nece
peinado. Su barba estaba impecablemente afeitada y su atuendo, una cam
te, Julieta. Me presen
vidiaba a Val. Se tomó su tiempo para elegir a alguien, pero cuando lo hizo, tenía buen gusto. Y se merecía
e que no era una privilegiada. Juliet, ni siquiera pienses en considerarte a ti
unos sinvergüenzas y parecían haber fumado demasiado. Ya me había bebido tres piñas coladas. Así que fui por tequila. ¿Y adivina qué? Acepté el beso del canalla de camisa negra. Lo elegí porque el otro estaba en
si le pregunté su nombre. Pero era un buen besador y de eso estaba seguro. Intentó pasar su mano por
imposible por Manhattan? Sí lo hizo. Pero ella era como yo, no se aferraba a eso. Éramos diferentes a Val, que era f
hubiera un mañana. ¿Por qué? Porque solo teníamos 18 años y estábamos pasando el mejor mome
ituales como nosotros y recibimos a los nuevos con cálidos besos. Éramos conocidos por nuestros nombres por los dueñ
asi nunca mostró el aire de su gracia por allí. Luego le das unos cuantos besos, acompañados de algún beso más fuerte con l
uestros traseros, que estaban allí todas las mañanas de sábado a domingo, viendo a la multitud salir lentamente de Manhattan. Dani se despidió y no
un poco. Significaba qu
reguntó Val toc
sentaron dos esc
sación de mareo y
ió. - ¿Y cómo se
a sa
te su nombre? – so
ro qu
bilidad de verlo de n
e correcto para no
emenino. - él se rió. Me alegro de q
ida. Tal vez uno de sus amigos estaba allí y no lo vi. Val solía encontr
os hombros. Eran una linda pareja. Creo que intentaría meterle en la cabeza que que
olás estudia en l
y le p
uál
rmit
s ser mi mejor ami
zó a
s loca
a de un chico que estudia allí. Es como: si no
erró l
es po
Val. – Ha estado obsesionada con este
obsesionaste? pre
con él. -
¿Saliero
quedé con
? – de nuevo él n
jor: no es obse
ia en la Escuela Técni
ismo momento en que Giovane sa
inmediatame
acia la parte de atrás y la seguía hasta la casa de Alissa. Solíamos dormir en su casa los sábados. Alissa se sentó conmigo y