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Al servicio del poder

Al servicio del poder

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Capítulo 1 Capitulo 1

Palabras:1640    |    Actualizado en: 16/05/2022

ierda me masturbaba apreciativamente mirando el último video que me había enviado mi

nunciado por el espacio meteorológico del noticiario y sentí un poco de lastima pasar aquella lluvia en tan miserable y amarga soledad en mi departa

buen chorro de aquel líquido espeso y caliente por los aires, lo cual se llegaba a transformar en un lindo espectáculo audiovisual tras haberlo editado en una aplicación de vídeo que

ja me quedaba pegado en eso de que estaba odiando cada vez más mi trabajo

mente dura y ya me estaba doliendo más de la cuenta tanta acumulación de esperma. Estaba a punto de disparar todo aquella ofrenda hacia el imaginario de mi feminista millon

o e intentando simular mi excit

a absurda paranoia que tenía práctic

spondió una voz femen

ápidamente, puesto que tenía la estupida manía de imaginarme que cuando me llamaban p

nstante la atribuí como masculina ¿Us

na tan exageradamente amanerada que se no

ato o corto al instante esta llamada-. Culminé, fin

staba cansado de esos malos tratos

do de número? Aquí dice que hay un servicio de

y me gusta más que me hable

o de una mala película prot

a sé a lo que usted se dedica y no me costaría mucho dejarlo mal parado en las redes sociales, si es que quiere que le sea si

esto solía no haber respeto hacia mí y hacia los de mi rubro, pese a que yo era el mejor de todos y pr

e cultura general? Resp

ad que se requería en estos casos, a sabiendas de que ese tibio

Opté por respo

Por lo menos tiene usted la capacidad de conservar cualquier tema de conversación por lo menos por cinco minutos? Me re

e con esas preguntas tan nivel aleatorio máximo

gerar al máximo mi impresión de sorpresa por aquel tono de voz mas

sí de burda y tan poco específica desde un punto de vista profesional y aquel asunto, si ya me había cabreado de entrada, me hab

nos humilde que pude-¿Para qué? ¿De qué

ntí deseos de reanudar aquello, puesto que las píldoras rojas que me estaba echando solían

o de esas que se notaba de entrada que eran de las grandes, por muy desagradable que esta fuese, puesto que al mismo tiempo me urgía contar con los medios suficientes como para poder estar tranquilo al momento de pedi

lamada para explicarle mejor

egunté, haciéndo

sí, querido. La pag

an espec

ruck. Si usted se lo propone este podría ser definitivamente su último trabajo final y así ponerle u

rtó por compl

o tiempo ya estaba harto de eso y no tenía muchos deseos de vender

en tenía que darse valor. Solo había que rebajarse si es que el a

rumpió durante la mejor parte de mi día y de mi ca

por haber interrumpido ni su día ni su carrera de mierda. En el momento mi

tá se

uro de

a va a ser s

isa bastan

estas, míster Bruck. Yo estoy aquí

cción aún seguía firme y que para aliviarme necesitaba dejar

ncia que estaba siendo la tónica de los ú

o -Dijo, casi sin respirar–. Ahora solo necesito que

o algo parecido, considerando también que prácticamente me había gritado en la cara que mi vida era una mierda y que yo era un pobre imbécil producto

espondí, casi desesperado por cort

lo que opté por ir a darme un baño tras tragarme otra píldora roja con el fin de prepararme para lo que se me venía, ya que uno

ré a que m

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