La dama de Honror
e se molestaría mucho. El anuncio no decía el monto del salario, pero me imaginaba que sería mucho más de lo que podría ganar en un año de trabajo en un lugar normal de mi zona. El currículum req
ría dos personas para este puesto. Es decir, la ex
fondo no sé si realmente lo era. Me dolía ver a mi hermano necesitado, sentir lo cansada que estaba mi madre, mi hermano desapareció en cualquier parte del reino y mi padre podía empeorar en
me mi mejor ropa y caminar de un lugar a otro buscando trabajo. Necesi
to de nuestra casa? Dijiste
pagar el alquiler para q
omo
con el Sr. Simons. Se conocen desde hace varios años. Por lástima,
cer nada con ést
ó amarg
documento en el que
tanta deuda que no sé ni cómo saldríamos de ella. Si no tuviéramos dinero para pagar el alquiler, ¿dónde viviríamos? Tal
o a Kevin?
ría ayudarnos.
el dinero su
dinero sucio de papá... Cuando
la mis
regunté ir
ento fueron la causa de un accidente en el trabajo. Pero todo lo que había pasado era un secreto guardado por siete llaves. Teníamos una casa antigua, pero era grande y bonita, comparada con las otras del barrio. Y si no fuera por mi padre tirando dinero en juegos de azar, creo qu
dre tuviera tiempo de preguntar qué buscaban, mi padre salió de la habitación, todo arreglado. No lo había visto así en años. Oloroso, duchado y afeita
¿viste l
esto que l
ónde f
o n
mo no
.. Pero me
aber ido...
Sí
or qué vino un coche real a recoger a
vestida. Será me
ué pasa? Nec
l trabajo. Noso
– preguntó Leon con una m
León. Dije alis
te va
n trabajo.
la dama de ho
creo,
amá dijo
ra poniendo eso en la cabeza del chic
ero no pude. Así que imprimí algunos currículums más y los dejé en todas partes, desde tien
ono sonó
Oy
sta noche? G
lí estaré.
las
go algo qu
a, mi
tillo recogió a mi
asi? ¿Es
igo en
que ver la familia Le
e que dijo que tenía
mos de eso, porqu
ue sea tan
ndré que colgar antes de que me echen. D
lle. Caminé hasta cansarme y regresé a casa. Había entregad
iempo qué sería de mi familia. Eran pasadas las cinco de la tarde cuando regresó mi padre, traído en el mismo carro con el escudo real. Quise hacerle
quía. Cuando llegué a la habitación tenuemente iluminada, mis amigos ya me estaban esperand
r con mi padre
ro no quiero que sea así. No quiero
migos. No me d
de trabajo, Leo. Así que no te
r su solicitud si acepté el trabajo? Así que preferí usar eso solo si era extremadamente necesario. Todavía teníamos suficiente para comer, aunque no en abundancia. Mi madre ten
tacto con otro grupo.
ecir con otro gr
ue es hora de unirse a un grupo con
o Kim. – ¿Cómo sabemos si son d
ozco bien a
s peligroso.
scutiendo esto y sin avanzar? Es hora de que nos unamos a un gr
llas. - dijo León. – Por
cuerdo. Emigraríamos a un