Rashad, un Rey Perverso
946
pués de la
da
stac
ndición y mi alrede
el tercer día en que caminaba mientras esas escenas horribles ya no esta
ento y extremadamente cansado. Sin embargo, mis ojos esta
ila, hizo que mis pies perdieran el equilibrio. En dos pasos torpes no pude contro
s sentidos, porque ya no sentía nada a exc
tate, e
echo el intento más de una vez de no seguir las instrucciones, y
ble por ocultarlo y mi muerte quizás hubiese sucedido el
era para ellos cómo un trofeo que debía
intenté levantarme, pero era tiempo pe
s donde pude divisar borrosamente unos pies forrados en cuero,
be ser cortada por el mismo soberano públicamente.
icord
padre desde que tuve conciencia. ¿Dónde estaría eso ahora y, qué pensaría mi padre antes
ágrimas nuevamente, mientras mi pecho se quemab
acia el ambiente mientras las manos del hombre sujetaron mi
demorando nues
gunas personas en la fila, que ahora mismo no me miraban
a estaba comenzando, el hielo de
a la única cosa de valor que habían dejado en mi cuerpo. Por supuesto este collar, con el sello de
Quizás la única qu
de malvados; habían asesinado a mi padre y a mi madre, aún no sabía si lograron atrapar a mi hermano, el heredero del trono, pero solo quería cerrar mis ojos par
r las imágenes, pero creo q
os, solo hacían arde
so promovía la paz a todos sus vecinos, fuimos realmente ultra
rompida que tener ambición, y en cuanto se tiene algo, se comienza a querer más, y allí es d
vez, y ahora lo estaba v
, es que esta tragedia le estuviera suc
izo que de forma obliga
llegábamos a la sede principal de Babel. Desde lejos podía ver su enorme y lujoso palaci
organizado. El palacio era enorme, con fuentes de agua en sus cuatro esquinas, y grandes est
que estaba viendo, los tenían en alta estima dejándolo
ado en líneas, pero a esta altura en donde estábamos caminado, pude detallar como la gente estaba arremo
do su mano en una palma hacia el lugar y haciendo una refe
o, porque al instante y como lo esperaba, todas aquellas per
eo... sé que nuestro soberano n
ientras vino a apretar más las cuerdas de mis ma
estamos a unos minutos
ber", pero me obligué a no mirarlo y a co
sinaran co
que nos abarrotaba y decía cosas que no podía entender, levanté la mirada al escuchar el estruendo de las enorm
ación... entraremos a
nar, mientras mis pies reunían la fuerza para seguir con el camino, ent
e en cualquier momento, porque mi boca
gigantes y gruesas, y todo tipo de estatuas que tenían cabez
multitud se excitó cantan
¡Rah
ente de un cuerno de carnero, hizo
ando mi pueblo estaba de fiesta o cuando
irecto al ruido, mi corazón se aplastó p
en lo alto, mientras unos hombres alzaban una tela roja,
¡Rah
ntra el piso mientras un sollozo desesperado del dolor salió de mi boca,
pero mi brazo derecho fue alado con brusquedad sin dejar que a
n que veníamos, y casi parecían correr mi
nces,
e y caí recibiendo los r
l dolor de alguna manera me hizo levantar la cabeza. No iba a demostrarle a
orpulento. Parecía un guerrero con las manos y el rostro ensang
al verme tirada frente a él, pero lo entendi
debía tomar con sus propias manos... -el hombre al que todos les rendían esa
hora mismo lo estaba v
antes, y como el tiempo se detuvo e
os azules que estaban quitándome la vida con cada paso. Y, por si fuera poco, tomé mi última fuerza
recibir m
saba, hizo que abriera los ojos de golpe, y que solo
que no pude entender, fue el sonido de su respiración, cuando sus oj