Seduciendo
ono moviendo la imagen de la pantalla hacia arriba y abajo sin observar ningún punto, el llanto de su madre resonaba en la m
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miraban desde la pue
le o
pone mal cuando habl
Mi madre murió hace varios años, nunca conocí a mi padr
imaginas? ¡Ay, mi Reme! Gritando en la no
Se dejó llevar por el sentimiento de querer consolar a una persona que e
Si te ve Aledis e
lián llamándola en voz baja pero no hizo caso. Respiró hon
¡¿Comer?! Está llorando y le preguntas si quie
pasmo como si la repentin
é de
ó, ni me sacó a patadas y
é que no me conoce, pero
en mis días. -So
or y sostuvo la mano de Aledis entre las suyas en señal de apo
tante que se percató de con quién hablaba, apartó la mano como si apar
que
creo que fui
ó a su empleada, retándola. Estaba
árg
escuchó la v
y de un empujón la l
apó, Ale,
atanza de miradas, Lorena-. Creo que van a fusil
jar de observar a su am
te fuera. -Se acercó a Elián lo atrapó del b
sus pertenencias y se dirigió a la calle, per
ir de quienes somos
saliendo de la tienda sabie
l aparcado. Un policía de tránsito se encontraba poniéndole una multa. «Lo
ia acentuando el movimiento de sus c
o el hombre ni siquiera levantó la vis
á aparcada en doble
cion
Llora maldita sea, ¡ya sé! La Reme en el baño con estreñimiento, ¡qué horrible!». Apretó los labios obli
tré en brazos de otra mujer. -Tomó la mano del policía entre las suyas que la observaba con lastima, la colocó sobre su pec
ñorita, cálme
re obligándolo a juntar los cuerpos en un abrazo-.
. De acuerdo, no le pondré la multa, pero p
niformado y lo
l. -Besó su mejilla, agarró las llaves del auto y
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o que lo avisara, le es
omputadora, cuando trabajaba se
gracias; dil
aban en salir, beber, chicas, él se dedicaba a estudiar. Era el típico marginado del que todos se reían por no ser muy agraciado, y para colmo ser buen estudiante. Su época en la secundaria hubiese sido un infierno si no fuera por su mejor a
udó dándole un b
i recuerdas venir a comer. -Se
s que cuando trabaj
entenderé nada de lo que me digas; per
cuerdos. «Sus ojos azules, esa mirada. ¿Por qué es tan familiar? ¿Por qué nada más ver
ocó una mano sobre la suy
dón no te
en qué mundo
Te acuerdas de nuestros antig
lirroja, siempre fue una e
ándote a su jardín para jugar con ella, y eso que
s, con las pequitas en la nariz y ese cabello tan rojo. Me recuerda much
ntaban en el porche de la casa a mirarlos jugar. No decían nada, pero notaba que les d
la, más de una vez me la cruc
iño, pero ¿qué te
día solo dejó de estar en el jardín, desapareció. Ni siquiera la recuerdo. Por más que intento traer
compañó el silencio, h
ntrajo. Sintiendo el latir del cor
¿cómo d
ese era s
ellido? -Él lo sabía, pero neces
s padres eran muy buenas personas, hace años que no se de ellos. C
importante. Dime, ¿r
la puerta de la casa tenía un letrero ofre
ser ella. Se apellidan diferente». En ese momento el
desconocido. No me siento capaz de hablar con nadie que conozca. Acabo de cruzar la ciudad conduciendo a más velocidad de la perm
y se levantó
má, luego segu
bajo,
despidió de su madre y comenzó a cami
o háblame, siempre est
utos después ll
ando, ni siquiera log
er a su encuentro donde sea que estuviera, estrecharla entre los brazos y secar sus lágrimas; era lo
r tu voz, no querrás ser la culpable de que un desconocido que te mo
interior del agua. Intentando visualizar la imagen de la mujer de sus sueños, maldiciendo no tener
o y ella va y sale corriendo a la primera comisaria que encuentre en el camino. ¿Por qué decidí jugar a esto? Todo por hacerle caso a Cristian. Y e
bécil! -gri
rlo al agua, sin embargo, en el momento que estuvo a punto d