Adictos y Perversos.
ite unos segundos para deleitarse con su belleza en tanto con
tacto. – dice dejando
hombre fácilmente podría llevarle unos cuantos
al mismo tiempo que con total delicadeza comienza a sub
carició su clítoris que se miraba realmente hinchado.
grando intensificar aún más la se
oca su intimidad y acto seguido la hum
justo antes de su lengua comience a
a que a él en particular le volvía loco. Dejar huella
hombros haciendo que su piel s
sabor el cual era exquis
us labios y deleitarse con el rosado de su intimidad, el rojo de s
o de carne haciendo que desde lo más profundo de la garganta de la m
e por favor, no se de
ten con formalidad le generaba una excitación que
mezca, que las paredes de su vagina lo encierren provocando que aquella presión mostrara resultado también en s
S ADENTRO! - le grita como p
quizás ella se comporta de dicha manera con otros hombres, tiene el privilegio de ser quien, esa no
entrando y saliendo una y otra, y otra y otra vez, mientras
UE DELICIA! – exclamo a
a, en el cómo va a explicarle a su novio, con el que convive, el que no haya regresado a dormir esa noche. ¡PERO QUÉ VA! Si él no s
haber sido tallado por los dioses y no se refería a un físico cómo las mujeres que ha conocido y con las que ha convivido a lo largo de su profesión. Frente a sus ojos había alguien con un
o antes de incorporarse
io, y sin dejar de mirarla, de recorrerla con sus ojos se
prender a qué se refiere, pero su mirada posada
rme? – pregunta con
me hasta tu última go
ofrío en todo el cuerpo y que inmediata
imientos con gran detalle. Erika se sent
elo hasta que me s
ar cómo el cuerpo de él se sacudió
u dolor. – y al final la oración mordió con fuerza su lóbulo de la
nrisa. – porque te recuerdo que sí tú decides serlo, en
a provocó que le nacieran ganas de sentir
ndose los labios y él, como tod
to de esa hermosa mujer comenzó a desnudarlo
erpo lo que quisiera y Erika no iría a perder la oportunidad de degustarlo y disfruta
as se mordió el labio al ver su torso
que ves? – indagó
en un suspiro al posar sus ojos en su gran miembro. -¿Cuánto mi
ón? – no
e veinte centímetros. – di
tó de modo tal que todo el tiempo que utilizaron para tocarse, besarse y demás, se hiciera una tortura hasta el momento en el que su pol
rada, sin apartarla por un segundo, es que abrió su boca y s
ta vez él que
ra masajeaba y apretaba sus testículos en
ntras tenía todo su apara
ndo que sus labios toquen su bajo vientre para darse cuenta cuá
sii, ohh
ella se lo tra
uñas se clavan en sus testículos y hacen que grite de dolo
– exclama en cuanto se s
con la curvatura de sus glúteos mi
ntras sube y baja su cabeza una y otra vez, acelerando l
ba su polla haciendo que
la acción de lo que hace con su boca. Cuando és
me en tanto todo su
o se d
o de su glande, de aquel pequeño orificio sale un liquido visco
por ese arte y no perdía oportunidad de saborear aquel néc
hh me estoy
do su sangre intensificándose en su punto más débil, provocando que sea más l
n su miembro y cómo de momento a otro, sacudiéndose, alcanzando el orgasmo explota dentro s
ambas manos sus cabellos y realizando un movimiento ascend
s deja salir hasta la última gota de su cuerpo, la misma que se toma y saborea re
gra decirle con la r
– indaga coqueta,
uye para ser él quien se
espaldas. Abre lo más que puede sus piernas luego de su orden y
te todo. – habla ella
– admite del
trada y pidiéndole que tome todo el aire que pueda, sin
HHHHH,
aprietan con la mayor fuerza que puede su miembro que aún está dent
z, sin parar, pudiendo ver su hermoso rostro de satisfacción y aunque la culpa lo invada por momentos
no pares. – le pid
itos desaforados de los dos se podían oír el ruido los
eos logrando que grite tan fuerte como aquel
ro, sobre su pecho con lo cual se acomodó mejor para seguir penetrándola con fuerza, con mu
camente arrodillado, comienza a "hacer sentadillas" mientras que ti
ca, l
ca, l
nque sienta que sus piernas se le
pone. Sus gritos golpean su crán
tan profundo, tan rico hasta que de pronto, sus ojos se ponen en blanco, su cuerpo empieza a reacci
usencia del lenguaje es que usa sus manos para impedirle a ella cer
sentir cómo su miembro resbala y aquel adictivo sonido de sus fluidos mezclándose con el lá
ue solo terminar esa última palabra que ambos explotaron sin imaginar que, un diminu
HH! – gimier