Adictos y Perversos.
e. - dijo él al otr
e ella. - confieso que nunca ant
tampo
, qué preguntarle al otro porque había algo que los mantenía en línea y
aste al The
roque de echo no se lo había preguntado cuando estuvieron juntos y e
necesitaba acción. - Miller no pudo evitar carcajear con ese comentario dado que ella misma decidió
euniones pero no quería que pensará que lo que hizo con él lo hace con cualquier hombre. Él tenía algo es
decir, entró s
año viviendo en Buenos Aires, todavía le c
rás, esas que dan a la cocina. - las carcajadas de él no se hicieron esperar, real
eso? - todavía aho
- más se reía. Es que en verdad, todo lo que t
usurra algo que solo escucharlo, hace que s
hizo una pregunta respecto a cierta
as grande para ciertas peticiones en específico y por eso quisiera saber si es por tu inexperiencia, o bien tenés algún problema con tu edad. - Él no duda en responder. Sabía que esa chica no
tigo, si quiera me sentí atraído por esos fetiches. En esa habitación fue la primera vez que utilicé uno de esos aparatos estimulantes y no te voy a mentir al decir que no me gustó. Me fas
porque sé que más de treinta tienes seguro. Escucha, si tu problema es la edad, quiero que sepas que eso a mí no me interesa. Seamos sinceros, ambos la hemos pasado s
o se hizo muy incómodo. -
nía 32, como mucho, jamás podría haberse imagina qu
o es lo que le está demostrando. De todos modos, nunca nadie le demostró tanta lujuria como lo ha hecho él. Solo Santiago ha lograd
s y ahora que sabes mí edad. - pero no le dejo segui
r a un hombre que me lleve varios años para satisfacer mis neces
fue lo que pensó Beltrán en cuanto se enteró de aquello. Por otro lado, una parte de él
se le haría difícil poder verse porque Ezequiel no cuidaría al niño y si Abril se enterará de por qué necesita que se qued
volver a sentir sus labios, sus manos estrujando su cuerpo, su miembro penet
a sintiéndose como un estúpido adolescente al que le h
arda silencio para indagar sobre algo p
egunta por obvias razones, por lo que inventó
se tornó excitante de momento a otro y cómo a
¿A s
nio que la ha hecho arder en
mo. - continuó hablando del mismo modo. – enton
osesivo. Admito que me gusta, pero ¿cómo puedo nombrarte a
onces yo seré tu demonia
ntros, si los habrá, ar
nte se necesitaban, pero la situación era muy complicada. Si quería que funcione, nadie debía sab
e y eso le daba cierta tranquilidad, porque no quería que supera de él, no por negarlo por algo particular sino porque no quería exponerlo. Lu
has cosas más, pero no puedo. Mañana tengo cosas importantísimas que hacer
, de lo que hemos vivido por primera vez, será fuego ardie
onio, mi demon
go, mi calien
ueda viendo su entre pierna, su
¡ray