La obsesión de Marchetti
Mar
realizadas en la empresa para el nuevo yate son seguras y garantizan una rentabilidad superior a cualquier socio, no tendrán pérdidas.) -le explico detalladamente sob
namos sus palabras y apruebo el proyecto, señor Marchetti) -asiento sin mostrar emoción alg
culminada la reunión, me paso a mi oficina y reviso alguno
ermano Kendal
cuatrillizos de mi madre ingresa
pedir permiso para entrar?
ll solo deja salir un gruñido que me caus
amos? -c
r y puedo vislumbrar c
que hoy compro mi pr
abajo y compromisos que olv
efunfuña. -Segu
? -pregunto interrumpiéndolo al
lo que hizo hace años e
piresa en la primera oportunidad que tuvo, no me molesto en lo absoluto, ya
uestra categoría no puede dormir con humanas, sin
ia de todos, incluyendo la del gran rey Leonardo Marchetti, el cual no le quería permitir vivir en el territorio y yo no podía dejar a Kristin que era la única persona que compren
ser beta de mi padre, no podía manejar estos negocios, me lo confió a mí y termine volviéndome el D
de hace diez año no he vuelto a verlo. Mi madre viene a veces a Venecia, conversamos y regr
or el auto en unas horas y luego en la
istin? -i
oficina para irse a recorrer el edificio. -Akor, -el hombre ense
la, se buscara la información y s
, suspiro, Astrid murió, sin embargo, nunca he dejado de amarla, Kristin se molesta po
único que puedo darle es lujos, comodidades y sexo, no tengo más que ofrecerle, e
i hombre de confianza se limita a a
bien de este modo, por lo que apago el computador, me leva
salgo de la oficina. -Y puede irte a casa al hacerlo, -la jov
a llegado a entender, se inventa buenas excusas para cancelar mis juntas cuando no tengo ganas de asistir. Me r
.
je de Kristin mientras llevo e
'' Respondo para g
iga diversión? -interr
humanas, -hago una mueca
sta, mocoso, -
ónde
e, camino hacia la puerta que es a
ocios se divierten en sus habitaciones privada, el olor a s
illón. Entrelazo mis dedos sobre el escritorio mientras que mi mirada va al su
ibles al ojo humano, t
dor endeudado en nuestro casino
spi
otas, saco mi arma y la coloco sobre el escritorio. Escu
, (Alfa, revise la billetera del hombre) -l
o creer lo que mis ojos vislumbran. Retiro la f
un hombre de negoc