Sabrinna
poco torpe hasta que nuestros labios se ajustaron entre sí, pero era la primera vez en mi
o en un encuentro sexual, que aunque de mínimo a
como si su furia la estuviera conteniendo en nuestro beso. Una boca ruda
entre los dos pero no podía importarme menos. Yo solo quería morir un día en esa b
dió los míos hasta que no aguanté el dol
mi cama hasta que yo regrese. Pase lo que pase, estarás allí, esperándome. Si alguien se te acerca, si te tocan o te hablan más allá de lo necesario me dirás, y mataré an los que yo no veía a mi hermana y nadie entraba a mi habitación más all
el alto grado de pleitecia no lo había experimenta
lo para mí y preocupada solo por tener noticias de mi hermana y sanar mis heridas de los
de dimensiones inmedibles y donde el lujo, e
gían dibujando dagas hasta un mismo punto de cristal transparente que era el único espacio en aquel techo infinito, justo encima de la enorme cama
mía en su cuarto, en su cama y sobre todo, estando él ausente de un lugar al que no habían precedentes de que jamás hubiese
una de ellas me trajo, y que nunca mencionó, cómo sabía
ero yo seguía sin poder salir y sin saber de mi hermana. T
ningún punto en específico, sentí cierta algarabía del otro lado de la puerta de l
taba puntualizar a otra mujer de voz menos anciana, que las órdenes del prí