Lluvia de besos
maginé, por lo que me vi obligada a gastar otros quince minutos de mi tiempo para encontrar la vestimenta adecuada, por esta razón me retrasé y perdí el bus así que ahora me
me gradué hace meses nadie me ha querido contratar a pesar de mis brillantes notas, p
resa donde no les parece importar el nivel de experiencia y si todo sale
y que me muero, en estos momentos me estoy cuestionando mi exis
a poco el edificio al que me dirijo se va volviendo más grande. Al llegar pago el taxi rápidamente sin
uños espero y aún luzca tan bella como cuando salí de casa, paso la mano por mi cabello y tomo un profundo suspiro apretando muy fuerte mi bolso como si este fu
s el de administración, noto que hay muchas chi
l piso adecuado y que aún no me han llamado, siento un ligero alivi
n algo, pero mi objetivo no es logrado, no sé porque siempre que estoy a punto de vivir
omo yo la llamo el trabajo de mis sueños. Guardo de nuevo el celular y empiezo a analizar a las personas que se encuentra
ablando entre ellas, tienen el mismo pase de visitante que me dieron en la entrada, son las que más llaman la atención en el sitio ya que sus risas resuenan por el lugar. Imagino que al igual que yo estén aquí por las entrevistas que se rea
orque cuando nota mi mirada me sonríe con alegría, le devuelvo el gesto y mi atención regresa a las mujeres que se creen que andan en un café ya que una de ellas suelta una risa que resuena
un día mirándolos y guardando para mi cada detalle. En un intento de parecer normal, trato de concentrarme en mi teléfono, me muevo entre aplicaciones sin saber que hacer ya que en mi mente solo tengo la imagen de su mirada, no aguanto la tentación y termino volt
bien jodida porque tiene que irle muy bien en su vida como para poder comprarse un traje y unos zapatos tan e
asiado rara, teniendo en cuenta que lo acabo de mirar de arriba abajo sin medirme ni un poco regreso mi aten
varonil algo ronca susurra unas palabras en mi oído, la piel se me e
a mejor -Si definitivamente este hombre es un bizcocho, como se diría en Colombia me m
o si esta vez fuera el quien me estuviera detalland
erecha hacia a mí -Soy Kenneth Brown Smith -Le dev
mano y no sé si decir algo o seguir de chismosa viendo a las t
ro alivio al saber que este hombre no se encuentra aquí para am
ple no, pero me encuentro tan embobada que tardo en re
n anonada que ni siquiera noto que llaman a este apuesto bombón que habla conmigo, se levanta y empieza camina
-Se gira y la sigue sin darme