AMOR A LOS TREINTAYSIEMPRE
eguían con su vida adolescente y yo, yo solamente quería buscar a mi fogoso Jonás, y es
ojaba mi ropa interior, pero está vez llegué y al verlo ahí
ntro en la universidad con Jhin, mis sentimient
o costumbre así que él ya sabía la forma de como comerme para hacerme disfrutar sin tomar mucho tiempo, y vaya que le salía bien, simplemente debía ahoga
ro, de nuestra carencia de amor y de cariño, pero no habíamos decidido formalizar n
tiempos cuando simplemente se podía
dad de aparentar nada, ni de ir a sitios caros, era tan sencillo, que su forma de ser me hacía sent
hin, estaba acompañado de Chantal y de mi hija Susan y su "nuevo novio J
sido una decisión de mutuo acuerdo porque en el fondo los dos sabíamos qu
te y la forma en que tenía puesta sus manos en mis piernas, las chicas se acercaron a saludar en compañía de Juan, mientras que Jhin pedía las
por mí y yo hasta ahora l
mi hogar, grande lleno de lujos, pero tan vacío, no había nadie, mi hija siempre estaba con sus amigos
ondo necesitaba que se me removieran las fibras, y quién más indicado para eso q
de la materia, quería saber si tienes compañe
una colegiala alegre, cuando su pretendiente le daba algo de atención,
etería de la universidad, estudiábamos juntos en un sitio espectacular, era de las mejores universidades del país, y sus instalaciones eran de lujo y ensue
bamos como si fuéramos amigos sin ningún tipo de diferencia de
omo mi gigoló, después de todo él estaba de acuerdo y ante eso no teníamos discusión. Jhin y yo nos habíamos vuelto más cercanos con la excusa de nuestro proyecto en común. Comíamos juntos de vez en cuan
en sus pen
sus pocos descuidos con el tiempo empezaron a desaparecer y su rostro ahora ocultaba su verdad
una mujer mayor y con sus buenas curvas me excitaba, no era necesario que fuera la más hermosa modelo, ella tenía todo, y lo mejor teníamos química, una sola que cuando nos mirábamos s
a ya había tenido un matrimonio anterior a mí y dos hijos, Susa
levantarse de su silla, ya que al ver ese hermoso trasero señorial causaba un efecto notorio en mi debajo de mi pantalón, y es que me encantaba que fuera así, cu
a a encontrar no me iba a quedar con las ganas de acariciar el pecho de esa hermosa mujer. Muchas veces había tenido que irme a la cama con mi m